Los investigadores plantaron más de 17 mil ‘carteras perdidas’ en 355 ciudades de 40 países, y la tendencia se presentó en casi todas las naciones.
elfinanciero.com.mx
NUEVA YORK.- Es más probable que las personas regresen una cartera perdida si tiene dinero y, entre más efectivo, mejor.
Esa es la conclusión a la que llegaron los investigadores que plantaron más de 17 mil ‘carteras perdidas’ en 355 ciudades de 40 países, y registraron con qué frecuencia alguien contactaba a los supuestos propietarios.
La presencia de dinero -el equivalente a 13 dólares- aumentó esta respuesta en alrededor de 51 por ciento, comparada con 40 por ciento de las carteras sin dinero. Esa tendencia se presentó en todos los países con excepción de México y Perú,aunque la probabilidad varió.
Los investigadores subieron la apuesta en Estados Unidos, Reino Unido y Polonia.
La respuesta aumentó a 72 por ciento para carteras que contenían el equivalente a94 dólares, contra 61 por ciento para las que contenían 13 dólares. Si no había dinero, la probabilidad fue de 46 por ciento.
La frecuencia en que contactaban a los propietarios de las carteras varió mucho según el país. En Suiza, la tasa fue de 74 por ciento para las carteras sin dinero y 79 por ciento para las carteras con dinero, mientras que en China fue de 7 por ciento y 22 por ciento. En Estados Unidos, los números fueron de 39 por ciento y de 57 por ciento.
¿Por qué pasa esto?
“La evidencia indica que la gente tiende a preocuparse por el bienestar de los demás y tienen una aversión a considerarse ladrón”, dijo Alain Cohn, de la Universidad de Michigan, uno de los autores que reportó los resultados el jueves en la revista Science.
Otro autor, Christian Zuend de la Universidad de Zúrich, detalló que “de repente se siente como robar” cuando hay dinero en la cartera. “E incluso parece que robas más cuando aumenta el dinero en la cartera”, agregó.
Esa idea fue respaldada por los resultados de las encuestas que los investigadores hicieron en Estados Unidos, Reino Unido y Polonia, comentó a la prensa.
Las carteras en el estudio en realidad eran tarjeteras transparentes para que la gente pudiera ver el dinero en su interior sin abrirlas.
Trece asistentes de investigación se hicieron pasar por personas que recién habían encontrado las carteras y las entregaron en bancos, teatros, museos u otros lugares culturales, oficinas postales, hoteles y estaciones policiales u otras oficinas públicas.
La pregunta clave era si el empleado que recibía el estuche contactaría a su supuesto propietario, cuyo nombre y correo electrónico estaba exhibido en tres tarjetas de negocios idénticas al interior.
Las tarjetas de negocios fueron elaboradas para que el supuesto propietario pareciera ser una persona local, así como una lista de supermercado que también estaba adentro.
Algunas tarjeteras también tenían una llave y con estas aumentaba un poco la probabilidad de ser devueltas.
Con eso los investigadores concluyeron que la preocupación hacia los otros jugaba un papel porque, a diferencia del dinero, una llave es valiosa para su propietario, pero no para un extraño.