«La realidad actual es que los animales domésticos han pasado a ser en algunos senos familiares, parte de los miembros de la familia. Desempeñan un papel de protección, apoyo, compañía, cariño y cuidado hacia los humanos», indicó el Décimo Primer Tribunal Colegiado en materia Administrativa en CDMX
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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un tribunal federal reconoció, por primera vez, la existencia de una familia multiespecie al declarar judicialmente que los perros de una pareja que habita en la Ciudad de México, son miembros de su familia y no de su propiedad.
El Décimo Primer Tribunal Colegiado en materia Administrativa en la Ciudad de México avaló la propuesta de la magistrada Paula María García Villegas Sánchez Cordero, para declarar que los animales de compañía, como perros y gatos, pueden formar parte de la familia, dadas las nuevas condiciones sociales y culturales en México y el mundo.
“La realidad actual es que los animales domésticos han pasado a ser en algunos senos familiares, parte de los miembros de la familia. Desempeñan un papel de protección, apoyo, compañía, cariño y cuidado hacia los humanos», indicó el tribunal.
Los magistrados explicaron que la relación de apego recíproca entre personas y animales domésticos, en las familias multiespecie, es clara pues se les trata como parte de la familia.
En el amparo, una mujer llamada Bertha Alicia Romero argumentó que posee una familia multiespecie en su albergue para perros, mismo que tiene instalado en su propia casa.
«Son, en pocas palabras miembros de ella, de allí la denominación de familia multiespecie o interespecie. Este contexto social implica que existan giros comerciales de albergue y cuidado de animales», agregó el Colegiado.
Además, los magistrados indicaron que la Constitución de la Ciudad de México establece una protección particular de los animales por considerarlos seres sintientes, sujetos de amparo en su dignidad.
El litigio derivó de una resolución del Instituto de Verificación Administrativa (INVEA), en la que determinó que la casa de Romero no podía ser utilizada como albergue para perros con servicios de estética y adiestramiento porque no contaba con el uso de suelo para ello.
Esto, llevó a Romero a tramitar el amparo en el que el Colegiado concluyó que el giro mercantil de albergue y cuidado de animales obedece a una demanda social de la nueva integración multiespecie de las familias.