Vecinos y autoridades pactaron un proyecto que contempla entubar el recurso hacia espacios públicos, con obras listas para iniciar este mes.
Agencia Jafríco | NoticiasPV
Luego de años de exigencias sin respuesta, vecinos de la colonia 5 de Diciembre lograron que el Ayuntamiento de Puerto Vallarta asumiera un compromiso formal para atender el tiradero de agua que, desde hace casi cuatro años, afecta a la comunidad. La medida llega después de una protesta vecinal en la que los habitantes demandaron una solución definitiva y un plazo claro para iniciar las obras.
De acuerdo con testimonios, la fuga —originada presuntamente tras la construcción de un edificio— se mantiene las 24 horas del día y ha generado lodo permanente en la vía pública, provocando accidentes entre peatones. “Hay mucha gente que se ha fracturado las rodillas; un compañero tiene la pierna rota y nadie le pagó sus gastos médicos. Los carros nos salpican y tenemos que salir con sandalias para poder llegar a nuestros vehículos”, denunció Joel Anguiano, uno de los vecinos afectados.
En respuesta, el gerente de Ciudad y Centro Histórico, Juan Pablo Martínez Torres, anunció que se iniciarán estudios técnicos y económicos para entubar el agua y aprovecharla para el riego de la unidad deportiva Agustín Flores Contreras, así como de jardineras y camellones. El líquido, según autoridades, proviene de un manantial no contaminado, lo que facilita su reutilización.
Como parte del acuerdo, el próximo martes se realizará una reunión en las oficinas de SEAPAL, donde se presentará el proyecto a una comitiva de cinco o seis vecinos. El plan contempla conducir el agua desde su punto de origen hasta el arroyo de Los Camarones, evitando así su desperdicio.
Martínez Torres aseguró que el compromiso es iniciar las obras a más tardar el 30 de agosto. Además, adelantó que buscarán un acercamiento con la administradora del edificio señalado por los vecinos, a fin de que el desarrollador asuma su responsabilidad en la solución. Será la autoridad competente en materia de ecología quien determine si existe alguna afectación ambiental y las medidas correctivas necesarias.
Los vecinos, que han enfrentado casi un lustro de afectaciones, señalan que no levantarán la voz de alerta hasta ver las obras en marcha. “Ya fueron cuatro años y no nos vamos a retirar hasta que nos den una solución real”, advirtieron.