Raúl Salinas de Gortari se disculpa con sus vecinos del ejido Chiautzingo

Raúl Salinas de Gortari escribió cartas a ocho vecinos para disculparse por intentar apropiarse de terrenos del ejido Chiautzingo; «soy una persona que sabe aceptar cuando se equivoca», les dijo.

proceso.com.mx

PUEBLA, Pue. (apro).– “Soy una persona que sabe aceptar cuando se equivoca”, escribió Raúl Salinas de Gortari en cartas personalizadas que entregó a ocho ejidatarios que son vecinos a las parcelas que adquirió en el ejido Chiautzingo y con los cuales había estado en conflicto en los últimos meses.

Luego de que Proceso publicó en su edición impresa de la semana pasada (2391) que el hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari era señalado de pretender despojar al ejido Chiautzingo de terrenos comunales, empleados de la exhacienda Las Mendocinas y representantes del comisariado ejidal citaron a los propietarios de parcelas afectadas para entregarles el escrito donde les pide disculpas.

“Estimado vecino. Me apena darme cuenta que afecté sin desearlo nuestra buena vecindad. Si le causé alguna molestia o afectación sinceramente le pido una disculpa”, dice la carta que dirigió a cada uno de los ejidatarios que antes trató de convencer, a través de personeros, para que le vendieran sus parcelas.

“Soy una persona que sabe aceptar cuando se equivoca. Le ruego me permita comunicarnos para enmendar cualquier afectación y mantener un diálogo de buenos vecinos. Le ruego acepte mis disculpas”, agrega el breve escrito firmado por Salinas de Gortari.

Cabe señalar que, antes de la publicación, el también llamado hermano incómodo había abierto zanjas y cerrado brechas que dificultaban el acceso de los agricultores a sus tierras, presuntamente para obligarlos a vender.

El conflicto de límites inició desde hace unos cuatro años, cuando el extitular de Liconsa había asegurado que los linderos de su exhacienda Las Mendocinas estaban mal colocados, pues debían extenderse hasta la fracción de tierras llamadas El Cipresal, que incluyen una barranca o arroyo que es federal, y otra porción de unas cinco hectáreas que el Ejido ha tenido en posesión desde que fundó en 1925.

Tras haber comprado 16 parcelas, Salinas de Gortari había cercado con malla ciclónica y alambrado todas las tierras compradas, pero además brechas, servidumbres de paso y una porción de la franja comunal El Cipresal, lo que derivó en un conflicto con los ejidatarios, quienes pidieron la intervención del gobierno estatal.

Raúl Salinas retiró los cercos que colocó en su propiedad. Foto: Especial

Cuando estaban seguros que los representantes de la Secretaría de Gobernación del Estado les darían la razón, los ejidatarios se encontraron que un estudio técnico-jurídico elaborado por la Dirección de Tenencia y Población del Estado le dio la razón a Salinas de Gortari de apropiarse de las tierras al dar validez a una escritura de 1958.

Luego de que el conflicto se ventilara, el hermano del expresidente quitó los cercos y mallas que había colocado, aunque en un escrito sostuvo que su opinión sobre (su propiedad) del Cipresal estaba “sustentada en diversos documentos públicos e históricos”.

Hasta ahora, los ejidatarios se han reservado su postura en torno esta retractación de Salinas de Gortari, pues consideran que es la autoridad la que debe definir los límites entre la exhacienda y el ejido, para dar certidumbre a la solución del conflicto.

                                                         
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