Operador financiero de Nacho Coronel y amigo del exgobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval; exintegrante del Cártel de Sinaloa fue asesinado tras un empate entre las Chivas y Monterrey
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Un partido de la Primera División mexicana celebrado en febrero de 2005 -sin mayor relevancia para el campeonato- puso a las Chivas en el centro de la atención al confirmarse el asesinato de un operador financiero de Ignacio Nacho Coronel, el tío de Emma, la esposa del exlíder del Cártel de Sinaloa, a la salida del Estadio Jalisco.
El partido entre las Chivas de Guadalajara y los Rayados de Monterrey terminó con un marcador de 1-1, pero entre esos 90 minutos disputados en la cancha del Estadio Jalisco un hombre identificado como Ignacio Lora Alatorre se la pasó realizando varias llamadas telefónicas desde su palco de lujo y sin prestar mucha atención al encuentro.
Cuando los asistentes a la casa de las Chivas abandonaron el inmueble un hombre siguió a Loya Alatorre y lo asesinó de un disparo en la cabeza; el operador financiero de Nacho Coronel tenía apenas 39 años pero ya era considerado como una pieza clave del Cártel del pacífico en Jalisco.
El cuerpo de Loya Alatorre quedó tirado sobre un charco de sangre y varios casquillos percutidos, detrás de él se levantaban las sombras de la casa de las Chivas y entre sus pertenencias la Procuraduría General de Justicia de Jalisco halló una narconómina, es decir, una libreta con nombres de empresarios y políticos presuntamente ligados al Cártel de Sinaloa.
Según una investigación del periodista Ricardo Ravelo, una de las llamadas que realizó Ignacio Loya Alatorre desde su palco del Estadio Jalisco estuvo dirigida al celular de su amigo y entonces diputado local, Aristóteles Sandoval, el exgobernador del estado asesinado cuando se encontraba en un bar de Puerto Vallarta en diciembre de 2020.
Chivas, nada que ver con los crímenes del CJNG
Apenas se dio a conocer la noticia del asesinato en las inmediaciones de la que alguna vez fue su casa, el director general de las Chivas de Guadalajara emitió un comunicado para deslindarse del crimen y descartó que ello implicara una sanción al Estadio Jalisco.
“Todo hace pensar que se trata de una ejecución, de un acto premeditado; y finalmente cazaron a la persona a las afueras del estadio”, declaró el dirigente rojiblanco, Juan José Frangié.
El crimen de Ignacio Loya fue el primero que se vinculó con una presunta avanzada del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en contra de supuestos beneficiarios y operadores del Cártel de Sinaloa en la entidad. Tras su asesinado le siguió en 2011 el de Carlos López Lara, hermano del exsecretario del Ayuntamiento de Guadalajara y secretario de Gobierno estatal Roberto López Lara, cercano a Aristóteles Sandoval.
Juan Luis Duarte Contreras, hermano de la exdirectora de estacionamientos de Guadalajara, y Javier García Morales fueron asesinados en septiembre de 2011 mientras Sandoval se encontraba bajo licencia como alcalde de la ciudad. En 2013 Jesús Gallegos, secretario de Turismo de Jalisco también fue abatido, en ese entonces el gobernador asesinado en 2020 tenía escasos días en el cargo.
En 2015 asesinaron a Javier Galván, expresidente estatal del PRI, y tres años más tarde atentaron contra el fiscal Luis Carlos Nájera, pero logró escapar ileso. Todos los crímenes estuvieron presuntamente vinculados a integrantes del CJNG que comenzaron a disputar la plaza de Jalisco al Cártel de Sinaloa tras la muerte de Nacho Coronel en 2010.
De la casa de Chivas a la DEA
Cuando se dio a conocer el asesinato del operador financiero de Nacho Coronel en la casa de las Chivas, también trascendió que Loya Alatorre tenía interpuestas varias demandas en contra de personas físicas y morales, una de ellas apuntaba justamente a Clubes Unidos de Jalisco, la empresa encargada de administrar el estadio afuera del cual lo asesinaron.
Años más tarde se confirmó que Ignacio Loya era el primo de Humberto Loya, el abogado que ofreció a la Agencia para el Control de Drogas (DEA) información de organizaciones rivales a cambio de dejar de perseguir al Cártel de Sinaloa.
En el diario de Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo” en poder de la periodista Anabel Hernández le confesó que El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada estaban al tanto de las “negociaciones” de Humberto Loya con la DEA: “las detenciones de grupos enemigos era por información de él y de mi papá, y que la DEA era la que actuaba con el Gobierno Mexicano, que Loya estaba trabajando con permiso de El Chapo para arreglar sus problemas en EEUU”.