La escandalosa relación de Porfirio Díaz: cómo su sobrina se convirtió en su esposa

Díaz conocía a Delfina Ortega, hija de su hermana Manuela, desde la cuna. A pesar de que sus deberes militares lo traían de un lado a otro, cuando regresaba a la capital oaxaqueña se daba tiempo para visitarla

infobae.com

Porfirio Díaz dejó una importante huella en la historia de México. Su polémico periodo de más de 30 años al frente de la presidencia de la República, así como su papel en el campo militar, hicieron del oaxaqueño un personaje atractivo para investigadores y biógrafos.

Además de su importancia en la política, economía y cultura, la vida sentimental de Díaz Mori esconde algunos secretos. Su primera esposa, Delfina Ortega Díaz, era hija de su hermana, Manuela Díaz, y del doctor Manuel Ortega Reyes, quien la reconocería ante la insistencia del propio tío.

Nació el 20 de octubre de 1845 en la ciudad de Oaxaca como fruto de una relación extramarital, puesto que su padre estaba comprometido con Serafina Fernández de Arteaga, con quien se casaría seis años más tarde.

Díaz conocía a “Fina”, como la llamaban sus familiares, desde la cuna. A pesar de que sus deberes militares lo traían de un lado a otro, cuando regresaba a la capital oaxaqueña se daba tiempo para visitar a su sobrina.

Delfina Ortega nació el 20 de octubre de 1845 en la ciudad de Oaxaca como fruto de una relación extramarital (Foto: INAH)
Delfina Ortega nació el 20 de octubre de 1845 en la ciudad de Oaxaca como fruto de una relación extramarital (Foto: INAH)

Quince años mayor que ella, Porfirio comenzó a mostrar cierto interés por Delfina. Después de la batalla del 5 de mayo, feliz por la victoria del ejército mexicano, el general le pidió a su hermana Nicolasa que le diera un abrazo a su sobrina. En respuesta, la joven comenzó a bordarle un sombrero con un águila para entregárselo a su regreso.

Seducido por los encantos de Fina, Díaz le propuso matrimonio el 8 de marzo de 1857, pregunta a la que la joven respondería positivamente. Debido a los lazos sanguíneos que unía a la pareja, tuvieron que pagar una multa, mientras que el matrimonio religioso no se realizó.

“Mas a lo sublime del amor hay algo desconocido para el idioma pero no para el corazón, y para lo común en ellas me despido llamándome sencillamente tuya”, dice una carta firmada por Delfina Ortega.

La primera esposa de Díaz vivió en la hacienda de La Noria, en Oaxaca, y cuando fracasó el plan del general para derrocar a Juárez, se trasladó con su esposo a Tlacotalpan, Veracruz, donde nacieron sus hijos Porfirio y Luz, únicos frutos de sus seis embarazos que sobrevivieron hasta la edad adulta.

Porfirio Díaz tuvo dos matrimonios, el primero fue con Delfina Ortega y el segundo con Carmen Romero (Foto: INAH)Porfirio Díaz tuvo dos matrimonios, el primero fue con Delfina Ortega y el segundo con Carmen Romero (Foto: INAH)

Como primera dama, de 1877 a 1880, se le consideró una mujer “discreta y de grandes cualidades”, aunque se interesaba en temas políticos, Fina nunca descuidó su papel de esposa y madre.

El 2 de abril de 1880, la esposa de Díaz Mori dio a luz a su última hija Francisca, que veintisiete horas después de su nacimiento murió por anemia congénita. En consecuencia, Delfina quedó muy agotada y débil, condición que alertó a los médicos y quitó la esperanza a su marido.

El diagnóstico sugirió la necesidad de proveerle auxilios espirituales a la convaleciente, sin embargo, el matrimonio no había sido concretado bajo la fe católica.

Delfina Ortega Díaz murió en su casa de la calle de Moneda a los 34 años de edad, a pocos días después de dar a luz a una niña que también falleció (Foto: Museo de Historia Mexicana)Delfina Ortega Díaz murió en su casa de la calle de Moneda a los 34 años de edad, a pocos días después de dar a luz a una niña que también falleció (Foto: Museo de Historia Mexicana)

Después de una serie de trámites religiosos, la pareja contrajo matrimonio el 7 de abril. Un día más tarde, Fina moriría en la Ciudad de México a causa de una fiebre puerperal.

El entonces presidente de México se encargó de la educación y manutención de Porfirio, Luz y Amada, quienes tenían 7, 5 y 13 años de edad respectivamente.

En el año de 1881, Porfirio Díaz se casó con Carmen Romero Rubio, quien en ese entonces tenía sólo 17 años. Aunque la segunda esposa del general no pudo darle hijos, se encargó de la crianza de los tres niños que había dejado Delfina.

                                                         
Compartir