Nacion321.com/ Con motivo de los 90 años de la Policía Federal, la dependencia publicó la historia del Tiburón, el policía que detuvo al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, en 2016.
En el relato del oficial que trasladó al capo del Cártel de Sinaloa en su patrulla, se conocen detalles respecto a las circunstancias bajo las que ocurrió el arresto, el monto que el Chapo le ofreció por dejarlo escapar y hasta las razones por las que el uniformado decidió no hacerlo.
1. EL ARRESTO
Para el policía se trataba de un día normal en el cual cubría el tercer turno en Los Mochis, Sinaloa, con un horario de 11 de la noche a 7 AM. Pero ese día transcurría de forma extraña pues entre las 3 y las 4 de la mañana comenzaron a escucharse helicópteros.
«Fue amaneciendo y comenzamos a escuchar disparos, por lo que nos acercamos a Los Mochis para reunirnos en un puente que está antes de entrar a la ciudad. En algún momento pensamos que los disparos podían ser a causa de un enfrentamiento entre delincuentes, pero el radio operador nos informó que había un operativo de la Marina y que había que estar pendientes», cuenta el miembro de la Policía.
Cerca de las 6 de la mañana, mientras se encontraba en el puente a la entrada de la ciudad, se les informó que había un reporte de robo de un carro Focus rojo. Aproximadamente 10 minutos después, vio el vehículo reportado, por lo que se dispuso a corroborar la situación.
Informó a su Responsable de Turno (RT) los hechos para que, de tratarse del automóvil robado, le ayudara. Ambos alcanzaron al carro rojo al mismo tiempo.
«Del Focus se bajó primero el conductor, quien hizo contacto con el RT, mientras que yo me paré del otro lado de la patrulla para darle cobertura. ‘Comandante, traigo al patrón, échenme la mano’, alcancé a escuchar que decía el conductor, lo que me pareció muy extraño»
El policía caminó hacia el lado del acompañante del vehículo, abrió la puerta y entonces se dio cuenta: “Ah canijo, es el Chapo”.
Lo bajó del carro en el que venía, lo esposó y lo ingresó a su patrulla, todo esto mientras el narco le preguntaba «¿por qué me tratas así?».
Mientras su RT continuaba hablando con quien conducía el automóvil, el policía gritó «es el Cholo y acá traigo al Chapo», para poner en perspectiva a su superior.
Aunque Guzmán Loera intentó convencer al uniformado de llevarlo a Che Ríos, donde su gente los iba a «apoyar», para él nunca fue una opción pues sabía que si lo hacía lo único que le esperaría ahí sería la muerte.
“¿Qué vas a hacer?” me dijo el RT. “Vámonos de aquí, nos van a matar”, señala en su descripción de los hechos.
Decidió no llevar al Chapo a las oficinas de la Policía Federal porque para hacerlo tendría que entrar a la ciudad y eso significaba un gran riesgo, así que optó por llevarlo a la guarnición militar que se encuentra sobre la carretera.
Sin embargo, cuando se dirigía hacia allá, con uno de los hombres más buscados del mundo en su patrulla, vio camionetas, lo que lo asustó y lo llevó a entrar a un hotel en el que algunas veces comían.
«Adentro, comencé a marcar. Para ese momento, el RT ya le había informado al Jefe de Estación que yo traía a el Chapo en mi patrulla», recuerda.
2. EL INTENTO DE SOBORNO
Ya en el hotel, estando a solas con el presunto líder del Cártel de Sinaloa, fue cuando comenzaron los intentos de soborno.
Así lo recuerda el Tiburón:
Chapo: Ayúdeme y no va a volver a trabajar. Comandante, dígame qué quiere pero ya écheme la mano.
Policía: Ahorita vemos, ahorita platicamos de eso.
Chapo: Le ofrezco dos o tres empresas de aquí de Sinaloa; es más, le dejo 50 millones de dólares, para que no vuelva a trabajar nunca en su vida.
Policía: Ahorita, espérese. Ahorita vemos qué hacemos.
Chapo: Comandante, no se vale. Tanto huir y tanto dinero para que usted venga y me entregue. No se vale.
Policía: También entiéndame, estoy haciendo mi trabajo. Nadie me dijo que ahí venía usted. Yo soy policía y estoy haciendo mi trabajo. No vaya a creer que alguien me avisó.
Chapo: No ya sé. Ese fue un atorón bien.
Policía: Ahí está. Nomás entiéndame que es mi trabajo.
Chapo: Está bien comandante.
Después de eso, el capo no volvió ni a hablar ni a ofrecerle nada al policía.
La razón por la que no aceptó el soborno millonario de Guzmán Loera es sencilla: «aún con todo su dinero, lo vi sucio, mojado, venía del drenaje, maloliente (…), cincuenta millones de dólares que en mi vida me voy a gastar pero así me voy a ver huyendo», confiesa.
Al hotel llegó el Responsable de Turno con el Cholo y posteriormente arribaron policías federales, un helicóptero de la Marina y la SEDENA, quienes se harían cargo de la situación a partir de ese momento.
Joaquín Guzmán Loera fue capturado el 8 de enero de 2016, después de casi 6 meses de su escape de una prisión del Estado de México. El 19 de enero de 2017 fue extraditado a Estados Unidos donde enfrenta 11 cargos por los que podría ser sentenciado a cadena perpetua.