En la marcha del 2 de octubre surgen las consignas: «Harfuch genocida» y «Nos faltan 43»

Alrededor de las 18:00 horas, los distintos contingentes llegaron al Zócalo, en donde algunos manifestantes se concentraron en un escenario colocado frente a Palacio Nacional. Ahí, representantes del movimiento estudiantil de 1968 realizaron el «pase de lista en memoria de los compañeros caídos».

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A 55 años de la masacre estudiantil de Tlatelolco, la consigna de «¡2 de octubre, no se olvida!» continuó vigente en la voz de estudiantes, profesores y supervivientes de aquella noche de balas disparadas por el Batallón Olimpia de la que aún hay cicatrices y exigencias por justicia y no repetición.

Igual que en 1968, la Plaza de las Tres Culturas albergó a estudiantes y profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de México (UAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que desde antes de las 16:00 horas comenzaron a concentrarse para realizar el recuento de la crónica de la masacre.

Contingente. Foto: Miguel Dimayuga

A diferencia del mitin de 1968 convocado por el Consejo Nacional de Huelga (CNH), a la marcha del aniversario 55 de la matanza se sumaron las Escuelas Normales de Ayotzinapa, que con consignas, mantas y pintas recordaron: «Nos faltan 43».

Otra de las novedades de esta marcha fue que algunos manifestantes hicieron pintas de «Fuera Harfuch», «Harfuch genocida», en referencia al exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien pretende ser el candidato de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Y es que, el exjefe de la policía capitalina lleva a cuestas dos antecedentes: el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional la noche de la masacre estudiantil era su abuelo, Marcelino García Barragán; además, la semana pasada se confirmó que su nombre está en el primer y segundo informe de la Comisión de Investigación del Caso Ayotzinapa.

Sobre el mismo escenario que inspiró un «Rojo amanecer» manifestantes rindieron homenaje a las víctimas que cobró el batallón Olimpia y colocaron crisantemos blancos, girasoles y veladoras alrededor de la placa «A los compañeros caídos el 02 de octubre».

La amenaza latente de la lluvia no impidió que la «digna rabia» iniciará su recorrido por las calles, ya que el avance de los colectivos, encabezados por los sobrevivientes de la masacre y por los padres de los 43 normalistas desparecidos de Ayotzinapa, inició alrededor de las 16:15 horas, enmarcado por un cielo nublado.

Los manifestantes hicieron uso de su amplio repertorio de consignas, sobre todo aquellas que dejarán al descubierto su naturaleza estudiantil: «Porque somos estudiantes, estudiantes bien conscientes y no somos guerrilleros, pero pronto lo seremos…».

Los tablones de madera o de metal que protegían los negocios de los alrededores se unieron a la protesta en contra de su voluntad, pues tras el avance de los manifestantes denunciaron: «Fue el Estado».

Alrededor de las 16:40 horas, el interior del puente del cruce con Reforma se transformó en un concierto en el que alumnos del Conservatorio Nacional de Música entonaron «Bella Ciao», con tambores y trompetas.

El rostro de los animados artistas se mantuvo en el anonimato atrás de pasamontañas brillantes, decorados con lentejuelas y trenzas de estambre que golpeaban las espaldas de los músicos.

La espontánea presentación se desarrolló en un ambiente inundado por resonar de los tambores y el intenso olor de los aerosoles que usaban algunos encapuchados para plasmar sus demandas en las paredes.

El contingente del IPN detuvo el avance dentro del puente y tras un conteo realizado por un estudiante de medicina que vestía bata blanca y corbata roja comenzaron a correr hacia el exterior mientras gritaban y ondeaban banderas con el logo de la institución.

Para las 17:15 horas la lluvia golpeaba con violencia las cabezas de los asistentes y se arremolinaba bajo sus zapatos, por lo que los intrépidos vendedores no perdieron la oportunidad para ofrecer sus productos: «Capas a 10 pesos, amarilla, blanca, azul, para que no se mojen en la marcha».

Los vendedores de papitas, elotes, aguas y paliacates con las leyendas «Nos faltan 43» y «2 de octubre no se olvida» recordaron sus promociones a los manifestantes durante todo el recorrido.

Por su parte, en este punto de la marcha, la presencia policial no era evidente; sin embargo, casi ocultos en las calles aledañas, había grupos de elementos de los más de 800 policías que dispuso la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de distintos agrupamientos que mantenían vigilancia sobre los estudiantes.

Piedras, fuego y gas lacrimógeno

Alrededor de las 18:00 horas, los distintos contingentes llegaron al Zócalo, en donde algunos manifestantes se concentraron en un escenario colocado frente a Palacio Nacional. Ahí, representantes del movimiento estudiantil de 1968 realizaron el «pase de lista en memoria de los compañeros caídos».

Sin embargo, un grupo de alrededor de 50 manifestantes encapuchados se escapó del «ojo público» y con martillos, piedras y palos golpearon el cerco metálico que rodeaba al Palacio Nacional, sobre el cual también realizaron pintas en las que enfatizaron su acusación: «Fue el Estado».

Luego de algunos minutos, los encapuchados se trasladaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), también custodiada por murallas metálicas, sin embargo, en esta nueva locación, hubo respuesta por parte de las autoridades capitalinas.

A las murallas metálicas que custodiaban los recintos, se sumaron alrededor de 100 elementos de seguridad, que con escudos y «gas lacrimógeno» detuvieron el avance de los manifestantes.

De acuerdo con un integrante de la brigada Marabunta, los policías presuntamente lanzaron «gas lacrimógeno» en dos ocasiones contra los manifestantes, por lo que tuvieron que atender a «por lo menos» 20 personas.

En la segunda ocasión, la nube de gas se esparció por el aire y llegó hasta el templete en donde estaban los padres de los 43 normalistas desaparecidos y de los representantes del movimiento de 1968.

Uno de los asistentes a la marcha, que se identificó como estudiante de una universidad privada aseguró: «Así nos bañen de gas, nos bañen de lo que nos bañen, el pueblo siempre va a seguir adelante».

                                                         
Compartir