La polémica participación de una servidora pública vallartense en un espectáculo de comedia reaviva el debate sobre los límites entre la vida privada, el juicio público y la violencia digital hacia las mujeres.
“Lamento muchísimo el tono ligero en el que respondí. Ninguna persona merece violencia digital. Ofrezco una disculpa sincera y estoy totalmente dispuesta a atender cualquier requerimiento de transparencia”, expresó.


