Disponible, sólo un tercio de la morfina requerida por enfermos terminales

jornada.com.mx

En nuestra nación está disponible sólo una tercera parte de la morfina que se requiere para el alivio del dolor en personas con enfermedades en fase terminal, lo que es parte de un problema mundial en el que prevalecen desequilibrios, así como intereses de la industria farmacéutica que privilegia el uso de opioides sintéticos (fentanilo entre ellos) para tener mayores ganancias económicas.

La morfina es más barata y de fácil acceso, advierte el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). No obstante, en la década reciente, la producción aumentó apenas 30 por ciento contra 60 que creció la de opioides sintéticos.

Además, comentó Raúl Martín del Campo, miembro de la JIFE y quien ayer presentó el documento, únicamente 10 por ciento de lo que se produce de esta sustancia, se utiliza para medicamentos que controlan el dolor; el resto se convierte en codeína, que es la principal materia prima para medicinas contra la tos.

Esto tiene un impacto negativo en los países de ingresos bajos porque de la morfina disponible a escala global, sólo 14 por ciento llega a esas naciones, donde vive 80 por ciento de la población mundial, comentó Martín del Campo, en conferencia presidida por Antonino de Leo, representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México.

El experto resaltó que los opioides sintéticos son más potentes y tienen mayor riesgo de desvío a mercados ilegales. De hecho, la crisis que se vive en Estados Unidos de muertes por sobredosis de drogas se explica, en gran medida, por el abuso en el uso de sustancias elaboradas con fentanilo como base.

La JIFE lanzó una voz de alarma y un llamado a los países para que pongan en marcha acciones encaminadas a satisfacer la demanda de tratamientos contra el dolor, así como fármacos sicotrópicos para el control de trastornos mentales como depresión, ansiedad, epilepsia, déficit de atención, alteraciones del sueño y los derivados por el consumo de drogas.

Martín del Campo, ex director del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic) de México, comentó que la JIFE hizo la revisión sobre cuatro productos: Midazolam, diazepam, lorazepam y fenobarbital. A pesar de la mayor prevalencia de problemas de ansiedad y epilepsia, la disponibilidad de medicamento no ha se ha incrementado.

En este caso también existe disparidades porque la disponibilidad de tratamientos se concentra en las naciones de altos ingresos, aunque 80 por ciento de los afectados por la epilepsia, por ejemplo, vive en sitios de ingresos medios o bajos, además de que se carece de información sobre el consumo real de sustancias sicotrópicas.

En esta situación se encuentra México. Del informe de la JIFE resalta que el país no aportó datos sobre el consumo nacional de de los fármacos analizados.

Héctor Valle, presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) resaltó que la primera preocupación es que haya médicos entrenados en el manejo del dolor, el tratamiento de enfermedades mentales y, por tanto, en la prescripción correcta de los fármacos.

La realidad es que a escala nacional, sólo hay 259 expertos en manejo del dolor (algólogos) y 159 especialistas en cuidados paliativos.

Respecto a la disponibilidad de opioides analgésicos, Valle mencionó que 66 por ciento de las recetas se dispensan en Baja California, Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco, donde habita entre 25 y 30 por ciento de la población nacional.

                                                         
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