Sin cultura y educación
Es tarea diaria que en espacios públicos y de recreo familias dejan basura por doquier.
En los apacibles espacios verdes de Puerto Vallarta, una práctica irresponsable ha comenzado a empañar la belleza natural de la ciudad: el arrojo indiscriminado de basura.
Esta acción irresponsable no solo afecta la estética de los parques y áreas verdes, sino que también conlleva consecuencias ambientales graves para la ciudad. La acumulación de desechos en estos espacios compromete la salud de la flora y fauna local, perturbando el equilibrio ecológico que estos lugares deben mantener.
La problemática va más allá de la estética y la ecología; la basura desatendida en áreas verdes afecta directamente la calidad de vida de los habitantes de Puerto Vallarta.
Los espacios destinados para el disfrute y el descanso se ven contaminados, disminuyendo su atractivo y convirtiéndose en focos potenciales de enfermedades.
Además, esta falta de cuidado hacia los entornos verdes refleja una falta de conciencia ambiental y cívica que afecta negativamente la identidad y el orgullo de la comunidad.
Es imperativo que se promueva una cultura de responsabilidad ambiental entre los residentes y visitantes de Puerto Vallarta.
La implementación de programas educativos, la colocación de más contenedores de basura y el refuerzo de las sanciones por arrojar desechos de manera irresponsable son pasos esenciales para contrarrestar este problema creciente.
Solo a través de un esfuerzo conjunto y la participación activa de la comunidad, se podrá preservar la hermosura natural de Puerto Vallarta para las generaciones futuras.
Por Mauricio Lira Camacho
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