La investigación, que inició en 2019, ganó el tercer lugar del premio CANIFARMA 2023, en la categoría de Investigación Básica, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.
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Dos científicas del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIBO UNAM) desarrollaron una molécula sintética para prevenir las metástasis en pacientes con cáncer de mamá, y eventualmente ayudar a que superen la enfermedad. El proyecto, que inició en 2019, quedó dentro de los primeros tres lugares del premio CANIFARMA 2023 en Investigación Básica.
El equipo de investigación de la “máxima casa de estudios”, liderado por Edda Sciutto Conde y Gladis Fragoso González, ha demostrado con su trabajo que la molécula GK-1 tiene un potencial significativo contra el cáncer de mama en modelos murinos gracias a sus propiedades antitumorales y antimetastásicas.
GK-1: De una vacuna a la lucha contra el cáncer
De acuerdo con Sciutto Conde, la molécula GK-1 fue identificada como parte de una vacuna contra la cisticercosis porcina, una enfermedad parasitaria que puede afectar gravemente al humano y al cerdo. No obstante, su investigación reveló propiedades inusuales que mostraron su capacidad para potenciar el sistema inmunológico y actuar como coadyuvante en otras vacunas.
Durante los experimentos, los investigadores notaron que la GK-1 prevenía la formación de adenocarcinomas pulmonares en animales de edad avanzada.
Como parte de la investigación, la molécula se aplicó en modelos de ratón con cáncer de mama triple negativo, encontraron que la molécula era capaz de reducir el tamaño de los tumores y disminuir notablemente las metástasis pulmonares, tanto visibles como microscópicas, según explicó Gladis Fragoso González.
Hasta ahora, la investigación ha demostrado que la GK-1 no es tóxica, incluso en dosis altas, y se plantea su administración potencial vía subcutánea en seres humanos.
Avances y expectativas hacia las fases clínicas
Hasta la fecha, la GK-1 ha superado los estudios preclínicos de seguridad y biodistribución en ratones, además de estar complementándose con estudios de farmacocinética.
“En su fase experimental se empezó a administrar a los roedores vía intravenosa, actualmente han demostrado que también puede ser vía subcutánea; es más amable para poderla proponer para uso humano”, recalcó Edda Sciutto.
Las científicas de la UNAM han expuesto que la siguiente etapa que se contempla es realizar la Fase Clínica 1 para examinar la seguridad y tolerabilidad en sujetos humanos voluntarios sanos. De resultar inocua en humanos, se planea un estudio de fase clínica dos para evaluar su eficacia en pacientes con cáncer de mama.
Si sus beneficios son comprobados, la molécula podría abrirse a una población más amplia y mejorar significativamente la posibilidad de sobrevivencia, e incluso de curación, de pacientes con cáncer de mama.
“Una vez que se retira quirúrgicamente el tumor primario, empiezan los tratamientos que pueden ser de distintos tipos. El que proponemos es parecido a una inmunoterapia, pero en este caso sería una inmunoterapia activa, con el objetivo de que el propio individuo reestablezca la inmunidad contra el tumor, pormenorizó”, destacó Fragoso González.
Las dupla científica recalcó que la GK-1 sobresale no solo por su efectividad y seguridad, sino también por ser de bajo costo, lo que haría accesible su tratamiento.
Desafíos financieros y la búsqueda de apoyo farmacéutico
Para la realización de estudios en humanos, el proyecto ha contado con el apoyo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología, representando un precedente en el financiamiento de investigación clínica en México.
Sciutto Conde apeló a que las empresas farmacéuticas se interesen en trabajos de investigación como el de la GK-1, cuya continuidad requiere de recursos económicos para cubrir las fases clínicas finales y su posible producción y entrada al mercado.