Sigue siendo la tercera causa de muerte entre mujeres en México, con más de 8 mil fallecimientos en 2024
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El cáncer de mama continúa siendo una de las principales amenazas para la salud femenina en México. De acuerdo a los datos del INEGI, más de 8 mil mexicanas fallecieron en 2024 a causa de esta enfermedad, que tiene una incidencia del 17.9 por ciento a nivel nacional.
El impacto del cáncer de mama no se limita únicamente a los síntomas físicos; su repercusión abarca la salud emocional, la economía, la vida familiar y el desarrollo profesional de quienes lo padecen. Por ello, los especialistas subrayan que la prevención y la detección temprana son esenciales para salvar vidas.
Hugo Palafox, científico especializado en metabolismo humano, señaló que, aunque la genética y el estilo de vida influyen en la aparición de esta enfermedad, la falta de chequeos constantes y la detección tardía aumentan significativamente la mortalidad anual.
“Es importante incentivar la conversación y conocer las medidas de prevención que pueden marcar una diferencia significativa en la salud de las mexicanas”, enfatizó en un comunicado.

Hábitos saludables como medida preventiva
Mantener una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras y fibra, junto con actividad física regular, puede reducir los riesgos de cáncer de mama. Según la fundación Breast Cancer, las mujeres con sobrepeso y sedentarismo presentan mayor probabilidad de diagnóstico, debido al aumento de la producción de estrógeno.
Otro factor relevante es el glutatión, una molécula natural que protege contra la oxidación celular, fortalece el sistema inmune y ayuda a controlar procesos inflamatorios.
Sus niveles disminuyen con la edad, el estrés y la exposición a toxinas, por lo que especialistas recomiendan suplementos precursores de glutatión que ayudan al bienestar general y la longevidad.
Asimismo, la vitamina D resulta clave, ya que contribuye a la absorción de calcio, fortalece huesos, sistema inmune y nervioso, y regula el crecimiento normal de las células mamarias.
Detección temprana y control del estrés
El cáncer de mama puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en mujeres mayores de 40 años. Por ello, se recomienda realizar autoexploraciones mamarias mensuales, preferiblemente cinco días después del inicio del periodo, y acudir a chequeos médicos anuales desde los 20 años.
El estrés crónico también representa un factor de riesgo silencioso, ya que altera el equilibrio hormonal, eleva el cortisol y debilita el sistema inmune. Técnicas de relajación, meditación, yoga o actividades artísticas ayudan a mantener la mente y el cuerpo en equilibrio, contribuyendo a la prevención.

La prevención como hábito de vida
“La prevención salva vidas, mejora los tiempos de respuesta, pronóstico y tratamiento, y brinda una nueva oportunidad a quienes la practican”, concluyó el Dr. Palafox.
Aunque octubre es el mes de concientización sobre el cáncer de mama, las medidas preventivas y la detección temprana deben ser una práctica constante durante todo el año. Adoptar hábitos saludables, conocer el propio cuerpo y realizar chequeos regulares son acciones fundamentales para proteger la salud de miles de mujeres en México.