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Factores sociales como los patrones de consumo alimentario y el bajo precio de productos altamente calóricos y con bajo nivel nutricional han incidido en que las tasas de muerte por diabetes tipo 2 se disparen principalmente en la frontera sur del país, donde en los pasados 20 años se incrementaron los decesos por esta enfermedad hasta en 169 por ciento, como ocurre en Quintana Roo, y de 149 por ciento en Tabasco, aseguró, José Luis Manzanares Rivera, profesor-investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef). Destacó que la tasa de mortalidad por diabetes tipo 2 en México se incrementó en 96 por ciento en las pasadas dos décadas, con una tasa de crecimiento anual de 4.3 por ciento.
Los estados con mayor aumento en el número de decesos por esta enfermedad se concentran principalmente en la frontera sur, a diferencia de lo que ocurría a finales de las décadas de los 90, cuando había mayor prevalencia en las entidades de la frontera norte, advirtió el especialista en el estudio de los factores sociales que impactan la salud.
En entrevista con La Jornada, indicó que uno de los fenómenos que incide en el elevado número de muertes vinculada a diabetes tipo 2 en entidades sur-sureste es que el costo promedio por caloría, el cual se ha venido abaratando, lo que impactó gravemente la dieta de los sectores más pobres, principalmente en las comunidades indígenas
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Experto del departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colef, Manzanares Rivera, destacó que en los pasados 20 años cambiaron los patrones de consumo, al igual que la dieta promedio del mexicano, lo que también generó un incremento de la obesidad. Sin embargo, enfatizó que hay un nuevo mapa de incidencia de este mal crónico degenerativo que puede ayudar a implementar de forma más eficaz las políticas públicas.
En su estudio sobre la presencia de la diabetes tipo 2 en las zonas fronterizas detectó que en Tabasco el nivel de concentración por casos de mortandad asociados a diabetes tipo 2 es 1.4 veces más elevada que la media nacional, y afecta principalmente a mujeres. En Quintana Roo se detectó un incremento de 169 por ciento, es decir, un alza anual de 8.4 por ciento en los pasados 20 años.
En contraste, dijo, la frontera norte paso de tener nivel superior a la media nacional a mediados de la década de 1990, a una tendencia decreciente, principalmente en Coahuila y Tamaulipas, al igual que en Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Sonora, donde también se detectó un número de casos a la baja.