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El caso comenzó el 22 de diciembre de 2016 cuando policías preventivos de la Ciudad de México encontraron a la niña en la esquina de la avenida Ignacio Zaragoza y la calle 67 con múltiples lesiones y mal estado de salud causados por el maltrato y el descuido.
Los menores recibían tratos inhumanos por parte de la abuela a quien consideraban como una madre.
Las indagatorias de la Policía de Investigación (PDI) llevaron a la localización de la abuela en el municipio de Ixtapaluca, Estado de México, a quien encontraron a cargo de otros tres nietos de cinco, siete y nueve años de edad, quienes confirmaron que la abuela era la autora de los malos tratos contra su prima.
Los pequeños también mencionaron la existencia de un quinto nieto, víctima de las mismas vejaciones que la niña de siete años, a quien incluso consideraban muerto pues la última vez que lo vieron había quedado inconsciente tras recibir tres golpes en la cabeza con un tubo.
Por ello el agente del Ministerio Público procedió a buscarlo, así como a las madres de los menores que, aunque se dicen hermanos y consideran a la abuela como su madre, son en realidad primos.
En un año la abuela y sus nietos se cambiaron de casa en tres ocasiones y en uno de estos domicilios se encontró al niño de cuatro años en la colonia Río Blanco, delegación Gustavo A. Madero, en compañía de su madre quien también está sujeta a investigación.
El niño fue trasladado al Hospital Pediátrico de Peralvillo para su atención médica pues presentaba diversas lesiones en todo el cuerpo y éste reconoció a su abuela como la autora de sus heridas.
En la cabeza presentaba diversas heridas, las cuales fueron ocasionadas con un tubo metálico y un martillo, por lo que se le practican estudios para descartar que existan daños a futuro, y brindarle la atención médica y especializada que requiera”, señaló la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría capitalina.
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