Nuevos grupos criminales surgirán tras el fin de la pandemia de COVID-19, señala estudio

Un informe de la Universidad de San Diego revela el nacimiento de grupos criminales durante el fin de la pandemia

La pandemia por coronavirus no mermó al crimen organizado, sino lo dividió en fragmentos más pequeños que luchan entre sí por el control del territorio. De esta forma lo sugiere el estudio Crimen Organizado y Violencia en México. Reporte Especial 2021, elaborado por el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego.

Si bien algunos indicadores de delincuencia (por ejemplo, homicidio, secuestro, extorsión y robo) disminuyeron modestamente en 2020 y 2021 debido al confinamiento, una mayor interacción pública y el fin de la pandemia permitirán volver a los delitos depredadores y oportunistas.

“A medida que la economía de México vuelva lentamente a funcionar plenamente, será importante que las autoridades se preparen para un posible resurgimiento de los delitos”, se especifica.

El estudio académico también revela que las organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación aprovecharon las necesidades generadas por la pandemia y la ausencia del Estado mexicano para dar respuesta a la crisis.

El Cartel de Sinaloa ofreció apoyos en comunidades locales del estado con el mismo nombre. Por un lado, Alejandrina Guzmán, hija de Joaquín el Chapo Guzmán Loera, coordinó la distribución de despensas en Guadalajara, Jalisco (al oeste de México)

Por otro lado, Los Chapitos, impusieron toques de queda en cuarentena, castigando a quienes los violaban las reglas, con palizas públicas que fueron grabadas y publicadas en las redes sociales por ordenes de estos criminales.

El informe también detalla la actividad de Los Granados, una escisión la Organización Beltrán Leyva (OBL), que adoptó un enfoque similar al disciplinar a las personas por ignorar los toques de queda locales en Teloloapan, Guerrero. También se hicieron públicos los videos.

Otras células delictivas más pequeñas como El Comando de la M, un grupo remanente de La Familia Michoacana, proporcionó kits de ayuda a residentes de bajos ingresos y ancianos.

Los Viagras, que mantienen una disputa con el CJNG, entregaron alimentos para los habitantes de Apatzingan, Santiago Acahuato, Michoacán. Los Viagras estarían financiando estos apoyos a través del cobro de piso a comerciantes de la entidad.

La entrega de apoyos no es nueva ni exclusiva de la pandemia por coronavirus. La Universidad de San Diego señala en su documentos que los grupos del crimen organizado mexicanos están entrando en el vacío (creado por la incapacidad del estado para brindar seguridad y asistencia básicas a las poblaciones marginadas), actuando como defensores públicos.

“Al proporcionar kits de COVID-19 y hacer valer su presencia en las comunidades locales, los grupos del crimen organizado en México esperaban obtener apoyo local en áreas donde no tenían un fuerte control”, revela.

Entendimiento Bicentenario: la solución

Para frenar la violencia y el narcotráfico en el país, se necesita desarrollar una mayor capacidad e integridad en sus instituciones encargadas de hacer cumplir la ley, así como una estrategia más efectiva para enfrentar la amenaza que representa el crimen organizado.

Los desarrollos recientes en la cooperación de seguridad entre Estados Unidos y México pueden ayudar a lograr estos objetivos, pero el camino a seguir sigue siendo largo e incierto.

                                                         
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