López Obrador habla con migrantes de NY en agitada reunión

Agencias/ Nueva York. Andrés Manuel López Obrador expresó su apoyo el lunes a migrantes mexicanos durante una reunión con ellos en Manhattan que fue interrumpida por un pequeño grupo que pidió justicia por la masacre de Ayotzinapa.

El aspirante a ocupar la presidencia de México en 2018 dijo a unos 300 partidarios que abarrotaron el sótano de una iglesia hispana que no fue a Nueva York a buscar votos sino a decirles «que no están solos» ante la política de «persecución» de migrantes sin autorización que promueve el presidente estadunidense Donald Trump.

«Venimos a expresar apoyo porque nosotros no luchamos por cargos, nosotros luchamos por ideales, por principios», dijo López Obrador desde un estrado entre aplausos y gritos de «¡Obrador! ¡Obrador!»

La reunión, sin embargo, terminó antes de lo previsto debido a que unos cuatro mexicanos subieron al estrado donde se encontraba el orador con pancartas, entre ellas, una mostrando una foto de éste junto al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y otra junto al ex gobernador del estado de Guerrero Angel Aguirre. Abarca presuntamente ordenó el ataque de la policía contra una caravana de estudiantes desarmados que dejó seis muertos y 43 desaparecidos en Iguala en el 2014. Aguirre dimitió ese año, después de la controvertida desaparición.

López Obrador no sacó del estrado a los manifestantes y pidió calma cuando el grupo fue abucheado, pero al cabo de poco rato de hablar un poco más puso fin al evento.

El ex candidato presidencial en 2006 y 2012 y ex alcalde de la capital habló en Manhattan como parte de una gira que realiza en Estados Unidos para manifestar su solidaridad con migrantes de México en el país. Se ha reunido con mexicanos en Los Ángeles, Chicago, El Paso en Texas, y Phoenix en Arizona.

López Obrador dijo que el martes planea presentar una queja a funcionarios de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU por la «campaña de odio» y órdenes ejecutivas emitidas por Trump para construir un muro en la frontera con México y endurecer las políticas de arresto y detención de migrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos. Naciones Unidas, sin embargo, anunció el lunes que cerrará sus puertas el martes debido a una fuerte nevada prevista para ese día.

«Sin ustedes Estados Unidos no podría competir con Asia o Europa», dijo López Obrador a los migrantes. «Hay que convencer a los estadounidenses de que lo de *Estados Unidos primero* o *América primero* es una falacia, es un disparate. Lo primero es construir el reino de la justicia y de la fraternidad».

López Obrador habló en un auditorio de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardo, que había sido decorado para la ocasión con pancartas con su foto y donde miembros de su partido, Movimiento Regeneración Nacional, vendían camisetas con su imagen.

Nuevas directrices emitidas por el gobierno estadunidense dejan claro que casi cualquier migrante que se encuentre indocumentado en Estados Unidos, independientemente de si tiene un historial criminal, puede ser detenido para ser deportado. Más de 33 millones de hispanos de origen mexicano viven en Estados Unidos, según el Pew Research Center.

El caso de Ayotzinapa conmocionó dentro y fuera de México, provocando protestas a nivel internacional por la sospecha de colusión entre el gobierno y la delincuencia organizada. Según la versión de las autoridades, la policía local detuvo a los jóvenes y los entregó al cartel del narcotráfico Guerreros Unidos, cuyos sicarios ejecutaron y quemaron a los estudiantes en un basurero cercano a la localidad de Cocula, a pocos kilómetros de Iguala, y luego arrojaron sus restos a un río.

Francisco Flores Zapata, uno de los mexicanos que subió al estrado el lunes, dijo después de la reunión a la prensa que los políticos mexicanos que viajan a Nueva York tienen una «doble moral».

«Es una falta de respeto que vengan a burlarse de nosotros», dijo Zapata. «(El ex presidente estadunidense Barack) Obama deportó a millones de personas y no hicieron nada».

Tras la interrupción, que provocó la protesta del público, López Obrador intentó calmar a los presentes diciendo: «Este es un acto donde se ejerce la libertad. No pasa nada».

El mexicano planea ir a Washington el miércoles, donde planea presentar su queja en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

                                                         
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