Por Mauricio Lira Camacho
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Son varias las personas quienes por diversas razones acuden a la zona céntrica de la delegación de El Pitillal y se encuentran con el detalle de que, vecinos propietarios de casas, de manera indebida, apartan los cajones de estacionamiento, para fines particulares.
Esta práctica ha sido una constante que se ha manejado desde hace muchos años, pero ninguna autoridad ha hecho algo al respecto.
Por administraciones, los titulares que han estado en la subdirección de tránsito municipal, han hecho a un lado las peticiones de ciudadanos en lo general quienes demandan espacios libres de tránsito.
Es del dominio público que propietarios de fincas en el centro de la delegación más populosa del municipio de Puerto Vallarta, que tienen familiares con algún tipo de discapacidad o de la tercera edad, quienes batallan para que vayan a recogerlos o dejarlos, poseen ese derecho de pagar cierta cantidad de dinero a la autoridad municipal, a efecto de que cierta parte de la banqueta y cajón de estacionamiento, cuente con señales e insignias para que se les de prioridad a estas personas.
Dejando de lado el que tengan que batallar para el ascenso o descenso en determinado domicilio, sin embargo, ha habido ocasiones que dueños de establecimientos se han apropiado de estos espacios, abusando de la bonanza que les deja poder tener para su establecimiento un cajón propio.
Acciones más injustificables, ocurren por ejemplo, cuando encargados de negocios sean tiendas comerciales, restaurantes o centros de recreo, llegan desde temprano y en cuestión de minutos salen a colocar cubetas, botes y hasta sillas con el objetivo de ganar esos cajones de estacionamiento, ubicados frente a sus negociaciones.
Los cuales más tarde al paso de la jornada son destinados para fines esrictamente personales, a familiares o clientes.
Esto es un abuso, denuncian algunas personas asiduas a realizar diversas actividades en el centro de El Pitillal.
Denuncian que el problema se agudiza cuando hay fiestas patronales, en donde los puesteros salen a invadir las calles y banquetas, quitan cajones de estacionamiento, en pejuicio de los habitantes y los miles de visitantes que llegan al centro de la delegación de El Pitillal.
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