Cadmio, níquel y plomo son solo algunos de los componentes de estos dispositivos, los cuales han adquirido popularidad incluso en adolescentes, mientras las autoridades intentan advertir sobre sus graves implicaciones a los pulmones y vías respiratorias
infobae.com
Entre memes, videos cortos en redes sociales y anécdotas de docentes, adolescentes menores de edad consumen vapeadores o cigarros electrónicos incluso dentro del salón de clases, por lo que Infobae México consultó a algunos estudiantes para conocer su opinión en forma anónima.
Los chicos que respondieron la encuesta oscilan entre los 12 y los 22 años de edad, la mayoría coincidió en que ya sea ellos o sus amistades, comenzaron a utilizar vapeadores por curiosidad o invitación y no por buscar una “alternativa menos dañina” para fumar, además, mencionaron que “les ayudaba a reducir su ansiedad” y que efectivamente, tanto el consumo como la venta se lleva a cabo dentro de diversos planteles escolares o bien, a los alrededores de ellos.
Aunque el primer prototipo de cigarros electrónicos surgió en los años sesenta, fue hasta el 2003 que el farmacéutico Hon Lik comenzó a desarrollarlos como una alternativa para fumar inhalando la menor cantidad posible de humo, tuvo la idea tras la muerte de su padre por cáncer de pulmón.
Mucha gente comenzó a utilizarlos como primer paso para dejar de fumar cuando ya sufrían adicción a la nicotina y daño a la salud por el humo del cigarro común, pero 20 años del inicio de su comercialización masiva, el uso de vapeadores representa un riesgo sanitario grave en México.
Cabe señalar que el pasado 19 de mayo, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una alerta sanitaria máxima y explicó que no existe evidencia de que los vapeadores sean una alternativa menos dañina: “Sus derivados de compuestos carcinógenos, sustancias tóxicas y emisiones en forma de aerosol representan un grave riesgo para quienes lo consumen”, se pudo leer en el comunicado.
A los adolescentes que consultó este medio se les preguntó si consideraban igual o más dañinos los vapeadores respecto a los cigarros comunes; más de la mitad coincidieron en que las afectaciones a la salud son exactamente las mismas e incluso reconocen a los enrollados de cajetilla como “peores”.
En palabras del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, “todas las dosis y formas de consumir tabaco dañan la salud; pero además de tabaco, los vapeadores tienen otras sustancias nocivas que causan daños agudos graves”.
El consumo prolongado de tabaco puede propiciar el desarrollo de cáncer en las vías respiratorias, decoloración y debilitamiento de los dientes así como otras enfermedades. Sin embargo, el uso específico de estos dispositivos portátiles puede producir una Lesión Pulmonar Asociadas al Cigarrillo Electrónico o al Vapeo (EVALI), de acuerdo con el Comunicado de riesgo a la población del pasado 19 de mayo.
La sustancia que puede ocasionar este tipo de enfermedades es el acetato vitamina E, cabe señalar que un estudio realizado y compartido a las autoridades sanitarias por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) mostró la presencia de acetato de vitamina E en más de 35 muestras de personas fallecidas que consumían dispositivos de vapeo como cigarros electrónicos.
El 52% de los usuarios de vapeadores consultados por Infobae México aseguraron no conocer estos daños específicos de los cigarros electrónicos, el acetato de vitamina E puede resultar un irritante pulmonar, el cual dependiendo de la concentración utilizada puede interferir en el funcionamiento normal del sistema respiratorio adhiriéndose al tejido pulmonar ocasionando la formación de coágulos sanguíneos.
Esto no significa que los cigarros comercializados en cajetilla sean saludables o que el tabaquismo en jóvenes haya aumentado solo por el uso de vapeadores, pero la emergencia sanitaria se vuelve prioritaria cuando los mismos adolescentes han encontrado en los dispositivos una manera de “ocultar” un hábito, dificultando la protección a su salud por parte de las familias o las autoridades.
Mientras que un cigarro de cajetilla tiene que consumirse de principio a fin -o desperdiciarlo apagándolo y tirándolo a la basura-; los vapeadores pueden ser fumados sin dejar rastro, incluso existe la posibilidad de colocarle un aroma frutal a la nicotina, facilitando así que los menores de edad puedan usarlo a espaldas de sus familias o sus docentes.
“En México, ninguno de los productos catalogados como vapeadores o similares cuenta con la autorización sanitaria de Cofepris”, sin embargo, la venta de estos dispositivos se realiza a través de redes sociales a las que tienen acceso personas mayores de 13 años o bien, se compran al interior o en los alrededores de los planteles educativos, de acuerdo con lo expresado por más de la mitad de los encuestados.
En la pregunta “¿Has visto o sabes que tus compañeros o compañeras fumen con cigarros electrónicos/vapeadores?”, el 42% de los encuestados por este medio respondieron que habían notado esta conducta al interior de las escuelas, ya sea en pasillos, baños, salones de clases o patios; el 15% dijo que no había sido testigo de esa acción y el resto informaron que el consumo tiene lugar en el hogar, la calle o afuera del plantel.
“Calmar la ansiedad” es uno de los motivos más mencionados por los adolescentes que consultó Infobae México, lo cual tiene concordancia con una de las recomendaciones de la Cofepris y apuntaría a que la solución a esta emergencia sanitaria no es simplemente prohibir o criminalizar el uso, sino atender la sintomatología de los usuarios al nivel de su salud mental.
“La mejor manera de lidiar con las adicciones es evitar factores desencadenantes como emocionales, sociales o patrones, para ello se recomienda acudir con los especialistas quien le orientaran para el mejor tratamiento”, se pudo leer en el comunicado de esta dependencia el pasado 19 de mayo.