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LOS ÁNGELES.
Este Día del Padre, Betsy Roddy escribirá dos tarjetas: una para su padre y la otra para su bisabuela, Sonora Smart Dodd.
La segunda tarjeta es una tradición familiar que ya lleva un siglo para homenajear a la mujer que instituyó el Día del Padre en Estados Unidos y buena parte de América Latina.
Dodd decidió que había que homenajear a los padres en 1909, durante una misa en Spokane, Washington, en el Día de la Madre.
“Algo le molestó”, cuenta su bisnieta, una mujer alegre de 55 años que vive en Los Ángeles. “Se preguntó por qué no había un Día del Padre”.
Dodd y sus cinco hermanos menores, después de todo, habían sido criados por su padre tras la muerte de su madre durante el último parto, en 1898.
El padre, William Jackson Smart, trabajó en el campo luego de combatir en la guerra civil. Hizo de padre y madre y llenó a sus hijos de amor, contaba su hija. Se merecía un reconocimiento.
“(Dodd) trabajó incansablemente con los curas de la zona y consiguió el apoyo de la Asociación Cristiana de Jóvenes, hasta que se instituyó el primer Día del Padre en Spokane en 1910”, expresó.
El artículo pronosticaba que el festejo se expandiría a todo el país en un año, pero se demoró bastante más. Fue hasta 1972 que el presidente Richard Nixon declaró que el tercer domingo de junio sería un feriado nacional para homenajear a los padres.