“Una justicia que no llega”: esta es la voz de reclamo de los jesuitas a un mes del asesinato de dos sacerdotes en Chihuahua

La Compañía de Jesús en México reclamó la impunidad ante el caso de los clérigos Javier Campos y Joaquín Mora, pues su presunto asesino, José “N”, alias “El Chueco”, aún no ha sido detenido

infobae.com

Este miércoles 20 de julio se cumple un mes de un terrible suceso que conmocionó a la comunidad religiosa y al país entero: dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en el municipio de Urique, Chihuahua, luego de que intentaran auxiliar a un hombre herido.

Dicho acto criminal le dio la vuelta al mundo, pues incluso el Papa Francisco condenó el asesinato de los clérigos Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, así como por la ola de violencia que aqueja a México, la cual “no resuelve los problemas sino que aumenta el sufrimiento inútil”, comentó el pontífice.

Y es que a 30 días de que se registraran los hechos, la Compañía de Jesús en México aún espera “una justicia que no llega”, pues el presunto responsable de este asesinato aún no ha sido capturado, aún cuando se ofrecen hasta cinco millones de pesos por información que ayude a dar con su paradero.

Se trata de José Noriel Portillo Gil, alias el Chueco, lugarteniente del Cártel de Sinaloa y supuesto líder criminal del grupo delictivo “Gente Nueva”. Cabe recordar que junto a Javier Campos y Joaquín Mora, también fue ejecutado el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma (quien había pedido ayuda los clérigos) y un jugador de béisbol ese mismo día.

La Compañía de Jesús en México exigieron justicia por sus hermanos jesuitas asesinados hace un mes en Chihuahua (Foto: Twitter@Jesuitas_Mexico)La Compañía de Jesús en México exigieron justicia por sus hermanos jesuitas asesinados hace un mes en Chihuahua (Foto: Twitter@Jesuitas_Mexico)

Ante ello, las autoridades jesuitas emitieron un comunicado este 20 de julio, en el que aseguraron que si sigue prevaleciendo la impunidad en México, como hasta ahora ha sucedido, “no será posible avanzar hacia la reconciliación y la paz”, expresaron con dolor ante el lamentable hecho.

“El intempestivo asesinato de nuestros hermanos jesuitas nos remite a la vivencia de tantas víctimas de la violencia que siguen esperando justicia y verdad en nuestro México adolorido”

Y es que la Compañía de Jesús no sólo clama justicia por los clérigos de Chihuahua, sino también por las familias de personas desaparecidas, los migrantes, las víctimas de feminicidio, los periodistas asesinados y aquellas personas que han sido desplazadas por la violencia en el país.

Si bien agradecieron el apoyo y solidaridad internacional que han recibido, hicieron un llamado para revisar la política de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues aseguraron que lo ocurrido en Cerocahui no fue un hecho “coyuntural”, sino que responde las “causas estructurales de la violencia” que desde hace décadas azotan la Sierra Tarahumara.

Un hombre intentó refugiarse en un templo de la comunidad Cerocahui, donde fueron asesinados los dos sacerdotes jesuitas que intentaron ayudarlo (Gráfico: Jovani Pérez / Infobae México)
Un hombre intentó refugiarse en un templo de la comunidad Cerocahui, donde fueron asesinados los dos sacerdotes jesuitas que intentaron ayudarlo (Gráfico: Jovani Pérez / Infobae México)

Es así que, sin tener nada claro hasta el momento, han reiterado su propuesta de dialogar y presentar propuestas para que se garanticen los derechos de las comunidades rarámuri, por lo que también indicaron que, a su parecer, resulta “indispensable que continúen presentes de forma provisional las fuerzas federales”, hasta que se den las condiciones de paz en la región.

Hasta el pasado 14 de julio, han sido detenidas 13 personas presuntamente relacionadas con El Chueco; sin embargo, su líder aún sigue libre y no ha sido capturado, pese que anteriormente había secuestrado a un par de hermanos beisbolistas (uno de ellos fue localizado sin vida) por supuestamente vencerlo en un partido y contar con una alerta migratoria.

Del total de los detenidos, siete fueron vinculados a proceso por diversos delitos. Se presume que dos de ellos (El Barbas y El Chino) ayudaron a El Chueco a inhumar el cuerpo de Paul Osvaldo, uno de los jugadores de béisbol secuestrados, el cual fue encontrado en una fosa clandestina el 7 de julio en un ejido de Cerocahui.

Sacerdotes jesuitas celebraron una misa junto a las fotos de dos sacerdotes, Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en una violenta región del norte de México (Foto: REUTERS/Edgard Garrido)Sacerdotes jesuitas celebraron una misa junto a las fotos de dos sacerdotes, Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en una violenta región del norte de México (Foto: REUTERS/Edgard Garrido)

Cabe recordar que el guía de turistas era perseguido por El Chueco, por lo que buscó refugio en una iglesia de la comunidad de Cerocahui, donde fue auxiliado por los sacerdotes jesuitas. Sin embargo, José “N”, sin piedad, ejecutó a los tres y posteriormente se llevó sus cuerpos (los cuales fueron encontrados un par de días después en el mismo poblado).

Ante ello, se determinó que uno de los detenidos el martes 5 de julio en Mexicali, Baja California, identificado como Julio César “N”habría estado con El Chueco cuando abandonaron los cuerpos de los clérigos y del guía de turistas.

A finales de julio, los cuerpos de los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora fueron trasladados a la parroquia de San Francisco Javier, en Cerocahui, para su respectivo entierro, en el que estuvieron presentes líderes religiosos y demás miembros de la comunidad.

Para recordarlos, se habilitó un sitio web en el que se puede saber más sobre la trayectoria de los clérigos en la sierra Tarahumara, los lamentables hechos, su despedida y los comunicados y homilías que se han compartido en memoria de los jesuitas.

                                                         
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