Conocida por sus productos Mexlub y Akron, Mexicana de Lubricantes nació en 1993 con la asociación de Pemex e Impulsora Jalisciense, de Salvador José Martínez Garza. Pero su absoluta privatización tuvo lugar en 2012 con la firma, en un contrato, que el empresario no pudo haber estampado –tenía discapacidad– y con la de José Agustín Portal y Ariosa, efímero apoderado legal de Pemex Refinación.
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CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Viciada de origen en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, una asociación de Pemex Refinación con una empresa privada para producir aceites y lubricantes automotrices pasó de exitoso negocio a entelequia sin utilidades; este argumento se empleó para privatizarla, con más irregularidades que en su original asociación, en 2012.
Martínez Garza, hoy fallecido, fue famoso en los noventa cuando además de sus negocios con el gobierno, era presidente del Club Chivas (1993-2002), en la época en la que se contrató como director técnico del equipo a Ricardo El Tuca Ferreti, quien obtuvo el campeonato en 1997. El empresario era una celebridad de la época.
Además de ceder el control de la empresa paraestatal, la operación por el negocio de lubricantes incluyó perdones legales por presuntos desfalcos previos y aprobación de estados financieros dudosos, entre otras irregularidades.
Por si fuera poco, se estableció el compromiso de abastecer a la empresa, hoy completamente privada, de insumos petrolíferos a bajo costo hasta 2022 para su producción aceitera.
En el contexto de los escándalos de corrupción en Pemex, que apuntan al periodo de Emilio Lozoya Austin como su titular, el caso concretado en su gestión fue el punto final a un proceso privatizador que se inició cuando su padre, Emilio Lozoya Thalmann, era secretario de Energía, Minas e Industria Paraestatal, y como tal, presidente del Consejo de Administración de la petrolera.