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Un pueblo del norte de Noruega pide convertirse en la primera ‘zona libre de tiempo’ del mundo

La localidad se encuentra a una latitud del círculo polar ártico donde el sol sale y se pone una vez al año.

actualidad.rt.com

Los vecinos de Sommaroy, una pequeña localidad noruega ubicada en el círculo polar ártico, han presentado una petición a las autoridades para abolir oficialmente el uso de horarios y convertirse así en la primera ‘zona libre de tiempo’ del mundo, informa la cadena NRK.

A principios de este mes, se celebró allí una reunión que contó con la presencia de casi toda la comunidad —aproximadamente 300 personas— que expresaron su apoyo a la propuesta. El pasado jueves, la petición fue entregada a un miembro local del Parlamento, detalla el portal Gizmodo.

La idea es que cada habitante de este pueblo pueda hacer sus actividades en el momento que desee, sin importar la hora, señala Kjell Ove Hveding, el promotor de la iniciativa. Y es que a estas latitudes tan septentrionales, el concepto de día difiere del resto del mundo. Aquí, el sol sale y se pone apenas una vez al año, dando lugar a fenómenos como la noche polar y el sol de medianoche.

‘Hora de olvidarse del reloj’

Así, de implementarse la medida, los comercios podrán abrir sus puertas cuando a su dueño le parezca más apropiado y los lugareños comenzarían a reunirse de manera libre y espontánea en vez de hacerlo a una hora previamente fijada.

«Nuestro objetivo es lograr flexibilidad 24 horas los 7 días de la semana», de modo que «si quieres cortar el césped a las cuatro de la mañana, entonces lo haces«, ejemplifica Hveding, precisando que pretende extender la medida a las escuelas y lugares de trabajo.

Sin embargo, la propuesta no tardó en cosechar críticas de expertos, que alertaron de los peligros que esta idea podría acarrear para la salud.

Un riesgo para la salud

«El problema es que los humanos no evolucionaron en el Ártico» por lo cual «nuestros cuerpos se han adaptado a este ciclo de 24 horas generado por la rotación de la Tierra», explica Hanne Hoffman, profesora de la Universidad Estatal de Michigan (EE.UU.) e investigadora de los ritmos circadianos. «No podemos ir realmente en contra de la evolución, y eso es lo que están haciendo en esos lugares. Va en contra de lo que estamos programados para hacer», añade.

Los procesos metabólicos de nuestro organismo son regulados por una serie de hormonas que responden a la luminosidad y a la hora del día. Por ello, cuando el cuerpo trabaja de manera desfasada del horario de la mente, se produce un factor de riesgo para algunas trastornos y afecciones, advierte Hoffman.

Ante estas observaciones, Hveding defiende que su propuesta solo busca que la gente perciba el tiempo desde otra perspectiva y que actúe con mayor calma e impulsividad, evitando así el estrés.

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