De acuerdo con cifras oficiales, en el 2022 se reportaron 497 casos de secuestro, de los cuales 99 se realizaron con fines sexuales y 13 al tráfico de menores
Las incógnitas alrededor del modus operandi del secuestro de María Ángela ha vuelto a activar las alertas entre la población femenina, quien diariamente es amenazada por la violencia de género en un sin fin de espacios.
El pasado 19 de enero, un sujeto sustrajo a la joven de tan sólo 17 años en el paradero de Indios Verdes mientras esperaba a su madre a las afueras de unos baños públicos. Fue el grito de “Ma’” lo que alertó a la señora Rocío Bustamante, quien al salir de los sanitarios no encontró a su hija.
Dos días después, el sábado 21, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) notificó del hallazgo con vida de la menor, a quien encontraron desnuda y enrollada en una bolsa de plástico en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México (Edomex), a 27 kilómetros de donde desapareció.
¿Quién o quiénes participaron en el delito?, ¿Con qué propósito? ó ¿Cómo la sustrajeron? son algunos de los cuestionamientos que la opinión pública ha exigido aclarar a las autoridades, ya que el caso María Ángela evidenciaría uno de los métodos con los cuales se estaría privando de la libertad a una persona.
Según los relatos, la adolescente de 16 años habría perdido la consciencia (tiempo después de ser sustraída) luego que le fuera administrada alguna sustancia por medio de una inyección en Indios Verdes: “Un hombre la iba siguiendo desde Hidalgo. En las cámaras de Indios Verdes se ve que le dio un piquete y se la llevó a la fuerza”, habría comentado la hermana de Ángela al usuario de Twitter, Jhair Jiménez.
“Las cámaras del C5 mostraron a un hombre jalándola de un brazo y llevándolo a la fuerza”, declaró un primo de la víctima para Infobae México, sin confirmar en el referido modus operandi.
Si bien la Fiscalía o miembros del núcleo familiar aún no han respaldado oficialmente la hipótesis de la supuesta inyección, testimonios en redes sociales evidenciarían que esta modalidad de secuestro ha sido empleada en diversas ocasiones dentro del Metro CDMX. En ese tenor, cabe recordar que en octubre del año pasado se viralizó el caso de una adolescente de 15 años quien se habría salvado de ser drogada por un hombre que presuntamente intentó inyectarla en su arribo a un gimnasio, en Zapopan, Jalisco.
Es importante destacar que el suministro de drogas lamentablemente se ha convertido en una de las modalidades más recurrentes y denunciadas por parte de las víctimas, tanto así que las comensales han ideado herramientas o técnicas de prevención.
Pese a que esta práctica se ha presentado mayormente en bares, discotecas o centro de recreación, también se han registrado en restaurantes, tal fue el caso del Hookah Santa Fe donde un joven fue drogada y escondida en el baño del lugar el pasado octubre del 2022; o el de un mes después, cuando en un establecimiento en avenida Presidente Masaryk, en Polanco, se reportó el envenenamiento por supuesta droga de dos mujeres.
No obstante, en los últimos años los secuestradores han optado por voltear a las redes sociales u otras plataformas digitales que les facilite el anonimato para así aprovechar la inocencia de víctimas mucho menores, casi niñas o niños, y acceder a ellas para privarlas de la libertad.
Desde el anonimato del internet
Uno de los episodios que más sonaron en México fue por el videojuego Free Fire que cobró relevancia tras darse a conocer el rescate de tres niños en Oaxaca quienes fueron presuntamente reclutados por miembros del crimen organizado.
Aquel hecho, reportado en octubre del 2021, movió al Gobierno Federal a impulsar un decálogo para combatir la ciberdelincuencia, el cual estipula recomendaciones a padres de familia, maestros y adultos responsables.
Pero unos meses después se reportó el supuesto rapto de una niña de 12 años en el Edomex por parte de un sujeto a quien conoció en internet a través de Free Fire y la habría obligado a subir a un automóvil blanco. La pequeña fue hallada con vida tres días después, y aunque afirmó haber huido por su voluntad, la Fiscalía mexiquense informó que se investigaría el caso con perspectiva de género.
Y aunque estas plataformas suelen “ser ganchos perfectos” para engañar a las víctimas, otra gran parte de estos delincuentes se han instalado en las redes sociales más populares, como Instagram o Facebook, donde han logrado suplantar sus identidades, así como sus intenciones.
Sin duda, esto ha vulnerado la tranquilidad (especialmente) de las usuarias que encuentran en estos espacios el espacio para dar a conocer sus negocios: las llamadas nenis, como Adriana Elena quien el 27 de mayo del 2022 desapareció tras acordar una entrega con un supuesto cliente en Baja California, Tijuana. Dos días después fue hallada sin vida.
La búsqueda de superación y nuevas oportunidades también le costó la vida a Evelin Afiune y Viridiana Moreno , dos jóvenes que fueron halladas muertas en Morelos y Veracruz, respectivamente, días después de haberse reunido con un hombre que les había prometido trabajo. Meses después, el gobierno estatal identificó al sujeto como Greek Román, un presunto feminicida serial que habría cobrado la vida de al menos siete mujeres en diferentes puntos del país.