El rey emérito de España pone fin a todas sus actividades institucionales al cumplirse cinco años de su abdicación
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MADRID.
Cinco años se cumplen este domingo de la abdicación del rey Juan Carlos de España -proclamado en 1975- en su hijo, Felipe VI, y también este domingo se retirará de la vida pública, después de cerca de 44 años de actividad institucional.
Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica», fue uno de los argumentos con que anunció el 2 de junio de 2014 que abdicaba en el príncipe de Asturias, que sería proclamado rey el día 19 del mismo mes.
Y ahora, el rey emérito ha decidido afrontar otra etapa, pasar una nueva página, completar su retirada de la vida pública y no protagonizar más actos institucionales. Así se anunciaba el lunes pasado en una carta que había dirigido a su hijo y sucesor en el trono.
Eso no le impedirá, sin embargo, seguir siendo miembro de la Familia Real, al igual que su esposa, la reina Sofía, y continuar conservando el título de rey y el aforamiento, es decir, que solo podría ser juzgado por el Tribunal Supremo por la comisión de posibles delitos desde que dejó de ser jefe del Estado.
Cinco años atrás fue el entonces presidente del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, el encargado de anunciar la abdicación, poco antes de que se emitiera una intervención del rey razonando su decisión.
Aludió a los «difíciles años» de la fuerte crisis económica que sufría España, a la necesidad de un impulso de renovación, superación, corrección de errores y apertura a un futuro mejor, y al protagonismo que merecía una nueva generación decidida a emprender transformaciones y reformas. Una generación, en definitiva, encabezada por Felipe VI.
AIRE NUEVO
La abdicación llegó después de algunos momentos difíciles para la monarquía española, como la investigación judicial a su hija Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, quien fue condenado finalmente a cinco años y diez meses de prisión en 2018 por un caso de corrupción.
Y un polémico viaje privado a Botsuana por el que Juan Carlos I llegó a pedir disculpas públicamente en 2012 y reconocer que se había equivocado
Así, la renovación en la Jefatura del Estado pretendía dar a la Corona española un aire nuevo, tras esos años complicados, y Juan Carlos I fue preparando durante meses la decisión. Al igual que, como asegura, ha hecho también ahora al confesar que lleva madurando su retirada total de la actividad institucional desde que cumplió 80 años, en enero de 2018.
Ahora, con 81, pone fin una etapa de cinco años, en la que ha ido espaciando su presencia en actos oficiales (más de un centenar), condicionado en ocasiones por algunos achaques.
En total, ha sido operado 15 veces, varias de ellas por problemas del aparato locomotor.
Proclamado el 22 de noviembre de 1975, el rey Juan Carlos dirigió la transición política española de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) a la democracia.
Nacido en Roma el 5 de enero de 1938, tuvo una intervención decisiva en el fracaso del intento de golpe militar de Estado del 23 de febrero de 1981.
Durante su reinado impulsó un nuevo estilo en las relaciones latinoamericanas, con su asistencia a todas la Cumbres Iberoamericanas celebradas desde 1991, y recordó siempre la vocación europea de España, alentando su proceso de integración política y económica en Europa.
Ya con su hijo como jefe de Estado, tuvo la oportunidad de expresar públicamente su satisfacción por el deber cumplido, como aseguró en el acto organizado por las Reales Academias españolas con motivo de su octogésimo aniversario.
Su papel durante los casi 39 años de reinado le fue reconocido en el acto celebrado en el Congreso de los Diputados el 6 de diciembre de 2018, al cumplirse el 40º aniversario de la Constitución española.
Los grupos parlamentarios presentes tributaron una larga ovación a Juan Carlos I, excepto Podemos (izquierda), y estuvieron ausentes los independentistas catalanes, entre otros.
Precisamente la monarquía española ha sido duramente criticada en los últimos tiempos por los soberanistas, que pretenden la independencia unilateral de Cataluña, algo que impide la Constitución.
También ha soportado nuevos momentos delicados, como la difusión en 2018 de unas grabaciones en las que su amiga y empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein le acusaba de tener cuentas bancarias en Suiza y de utilizarla como testaferro.
Ahora, Juan Carlos I pone fin a su actividad oficial. No tiene previsto ningún evento especial para ello, al margen de presidir hoy un acto privado: una corrida de toros en Aranjuez (Madrid).