Relajan el uso de cubrebocas

Los capitalinos relajan las normas sanitarias y salen a la calle sin el menor cuidado para evitar contagios

heraldodemexico.com.mx

En las calles de la Ciudad de México se comienza a perder el cuidado y la sana distancia que la epidemia del COVID-19 demanda para evitar su propagación.

Los tapabocas ya son incómodos cuando se usan, incluso, en los puestos de comida callejeros las tortas y tacos se sirven en el lugar, a pesar de los carteles en los que se lee “Comida sólo para llevar. Quédate en casa”.

En la esquina entre la calle Tlaxcala y la avenida Insurgentes Sur, en la colonia Roma Sur, los puestos de comida sirven a los comensales como si se tratara de un día normal, sin emergencia sanitaria.

Algunos llevan tapabocas, pero desaparecen a la hora de comer. En los puestos de comida hay gel antibacterial, pero sólo forman parte de la decoración, porque nadie lo utiliza.

En las calles de la colonia Narvarte, por lo menos un tercio de las personas que circulan en las calles lo hace sin tapabocas. Bien sea que se desplacen a pie, en bicicleta, o que trabajen como vendedores ambulantes, la nueva regla es caras descubieras o tapabocas en mano, pero no cubriendo nariz y boca, como indican las normas.

Las parejas se sientan en las bancas para platicar, tomar café, o echar novio, sin ningún tipo de distancia ni cuidado sobre los lugares donde colocan sus manos, que luego terminan en sus ojos, nariz o el rostro del otro.

La idea de “nueva normalidad” parece no estar calando entre los capitalinos, pues no sólo los transeúntes se observan sin el cuidado necesario, sino también los policías, quienes hablan entre ellos sin la sana distancia ni tapabocas.

Meseros despachan con el tapabocas en el cuello; o taqueros con la nariz descubierta cortando la carne del trompo de pastor.

                                                         
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