Una orden de aprehensión vigente desde febrero de 2025 identifica a Hernán Bermúdez Requena como el líder de esta célula criminal
infobae.com
El general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30 Zona Militar, ha confirmado que el exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, enfrenta una orden de aprehensión por presuntos vínculos con el crimen organizado.
El exfuncionario, cercano a Adán Augusto López Hernández, habría huido del país desde febrero, cuando fue notificado del mandamiento judicial en su contra. La ruta de escape incluyó vuelos desde Mérida hacia Panamá, Madrid y finalmente Brasilia, donde se le presume actualmente.
Según las autoridades, Bermúdez no solo habría facilitado la operación de un grupo delictivo en la entidad, sino que habría ejercido un liderazgo directo sobre La Barredora, una organización señalada por extorsión, tráfico de personas y narcomenudeo en el occidente de Tabasco.
La Secretaría de la Defensa Nacional ya solicitó apoyo de Interpol para su captura. En paralelo, el secretario de Gobierno estatal, José Ramiro López Obrador, anticipó que existen otras órdenes judiciales en curso contra actores vinculados a la anterior administración. “Está saliendo toda la pudrición”, dijo.
¿Quién es Hernán Bermúdez Requena?
Licenciado en Derecho, Bermúdez inició su carrera pública en los años noventa, primero como director de Seguridad Pública durante el gobierno de Manuel Gurría Ordóñez, donde coincidió con Adán Augusto López, entonces subsecretario de Gobierno. Posteriormente fue director del sistema penitenciario estatal durante el sexenio de Roberto Madrazo.
En 2006 fue detenido por la SIEDO por su presunta participación en un homicidio, aunque el caso no prosperó judicialmente.
Fue designado como titular de la SSPC por Adán Augusto López en diciembre de 2019. Se mantuvo en el cargo hasta enero de 2024, incluso después de que López Hernández se integró al gabinete federal como secretario de Gobernación.
Durante su gestión fue señalado por su supuesta cercanía con redes delictivas y por facilitar la operación territorial de grupos criminales mediante el nombramiento de mandos policiales afines. Su hermano, Humberto Bermúdez Requena, también ha sido mencionado en reportes periodísticos como beneficiario de contratos de obra pública desde hace varios sexenios.
El origen y transformación de La Barredora
La Barredora fue mencionada por primera vez en Tabasco a raíz del asesinato de familiares del marino Melquisedec Angulo, caído en el operativo contra Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009. Desde entonces, ha sido identificada como una organización con raíces en la fragmentación del Cártel de los Beltrán Leyva, particularmente en la facción vinculada a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie.
Durante años operó con bajo perfil, pero se consolidó como una estructura criminal local en municipios clave como Huimanguillo, Cárdenas, Comalcalco y Paraíso, donde se dedicó al cobro de piso, huachicoleo, extorsión y tráfico de migrantes.
Aunque en ciertos momentos ha tenido vínculos operativos o disputas con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Barredora no forma parte de su estructura formal, sino que ahora es su rival, a diferencia de la “Operativa Barredora” con la que se le suele confundir pero que opera en Puebla o Guerrero y que sí responden directamente a la organización encabezada por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Sobre esta evolución, el periodista Óscar Balderas explicó en entrevista para Milenio que La Barredora fue una escisión del CJNG que aprovechó el vacío dejado por Los Zetas en Tabasco hace unos años. Gracias a su alianza, La Barredora logró el control de varios ilícitos como hidrocarburos, robo de droga, inmigrantes.
Sin embargo, el periodista señala que “luego se hace una escisión del CJNG y piensan que por sus propias características pueden formar su propio grupo, su independencia, pero lo hacen con apoyo institucional”. Según Balderas, el grupo “básicamente tiene su fortaleza en el apoyo de policías estatales y grupos del gobierno estatal”.
Los vínculos de Bermúdez Requena con esta estructura fueron descritos en informes de inteligencia obtenidos tras el hackeo masivo de correos de la Sedena por parte del colectivo Guacamaya en 2022. En uno de esos reportes se le identificó con el alias de Comandante H, y se le atribuyó haber autorizado el control de “plazas” estratégicas en Tabasco, además de gestionar la liberación de tres detenidos ligados a El Pantera a cambio de pagos.
En 2021 fue capturado Benjamín Mollinedo Montiel, alias El Pantera, y el liderazgo habría quedado en manos de Daniel Hernández Montejo, alias Prada o El H.
A su lado operaba Francisco Javier Custodio Luna, Guasón, expolicía estatal detenido en marzo de 2025, acusado de homicidio, narcomenudeo y extorsión. Guasón mantenía vínculos con agentes activos como El Blas y El Tostón, quienes filtraban información sobre operativos federales a la célula delictiva.
Durante la gestión del exsecretario, éste habría protegido a operadores como Guasón, quien a su vez formó una red con elementos activos que colaboraban directamente con la célula criminal, permitiéndoles evadir operativos o coordinar ataques contra grupos rivales.
Javier May ya lo había señalado
Acusan a funcionario de Adán Augusto López de ser miembro de La Barredora. |Crédito: Redes
Desde su llegada al cargo, el gobernador Javier May ha denunciado que administraciones anteriores permitieron el arraigo del crimen organizado en Tabasco. En noviembre de 2024, sin mencionar nombres, declaró que “todos sabían quién comandaba La Barredora”. La prensa local respondió en coro: “Hernán Bermúdez”.
May ha reiterado que su gobierno no pactará con ningún grupo delictivo y ha acusado a algunos medios de comunicación de minimizar la cobertura de hechos violentos ocurridos durante administraciones anteriores. El contexto se ha agravado con la aparición de narcomantas en Villahermosa, firmadas por el CJNG, y dirigidas al propio gobernador, en las que se niegan enfrentamientos y se exige “paz”.
La disputa entre La Barredora y el CJNG por el control de economías criminales ha dejado una estela de violencia en Tabasco. Desde asesinatos con mensajes intimidatorios hasta ataques directos a comercios, los enfrentamientos entre ambas facciones se han hecho visibles en la vida cotidiana.
También se han documentado motines en penales, bloqueos, robos masivos y vehículos incendiados.