Un video filtrado mostró su destino final y reveló el papel de mujeres en conflictos armados del crimen organizado
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El apodo de Yesenia Pacheco, conocida como “La Güera Loca”, se asoció a un video que circuló años después de su muerte, mostrando el trágico desenlace de una de las figuras más temidas dentro del Cártel del Golfo.
Una investigación del Observatorio Colombiano del Crimen Organizado, publicada en 2020 por InSight Crime, detalló que la brutalidad de sus acciones y la leyenda que se tejió en torno a su figura la convirtieron en un símbolo de la violencia extrema que caracterizó la guerra entre cárteles en México.
Según la investigación, Yesenia se ganó el apodo de “La Güera Loca” por su “sanguinaria forma de torturar y asesinar a sus enemigos”, el medio especializado explicó que su reputación se consolidó a partir de rumores y relatos que circularon tanto entre miembros del narco como en la opinión pública, alimentando el mito de una mujer capaz de cometer actos de extrema violencia en un entorno dominado por hombres.

La leyenda de ‘La Güera Loca’ en el Cártel del Golfo
Los primeros años de Yesenia Pacheco en el mundo del delito permanecen en la sombra, aunque se sabe que su ingreso al Cartel del Golfo ocurrió en 2009, su primer trabajo fue el de “Halcona”, una función que consistía en vigilar los territorios controlados por el cartel y alertar sobre movimientos de rivales o fuerzas de seguridad.
Tras esta etapa, comenzó a participar activamente en los enfrentamientos armados que el cártel sostenía contra grupos rivales, especialmente Los Zetas, sus compañeros dentro de la organización notaron rápidamente la intensidad y la crueldad con la que ejecutaba a los enemigos. Según el Observatorio Colombiano del Crimen Organizado, “sus compañeros sicarios y narcotraficantes consideraban inusual la violencia y sevicia con la que Yesenia asesinaba a los enemigos”.
Uno de los rumores más persistentes sobre la sicaria se relaciona con un acto de extrema violencia, se decía que había decapitado y desollado a uno de sus enemigos quien también operaba en Tamaulipas.
El uso sistemático de la violencia le permitió escalar rápidamente en la jerarquía de la organización, la forma en la que trabajaba posibilitó su ascenso en la estructura, pues se convirtió en la líder de un grupo de sicarias conocidas como ‘Las Hienas’ o ‘Las Flacas’, conocido por eliminar a Los Zetas.
Las Hienas, bajo el mando de “La Güera”, se dedicaban principalmente al secuestro y asesinato de quienes eran considerados amenazas para el Cartel del Golfo, además de controlar pequeños grupos dedicados a la extorsión y la intimidación a los ciudadanos.

Video evidencia la crueldad de los conflictos entre grupos delictivos
En 2019, Los Zetas hicieron público un estremecedor video que reflejaba el nivel de violencia al interior de la disputa entre cárteles y el destino de muchas mujeres implicadas.
De acuerdo con el Observatorio Colombiano, “en septiembre del 2019 Los Zetas dieron a conocer un video de junio del 2014, en el cual aparecían un grupo de mujeres, algunas desnudas, atadas y de rodillas, entre ellas Yesenia. En la parte de atrás se podía observar a unos hombres encapuchados que finalmente las decapitaron y desmembraron”.
Previo a su ejecución, las víctimas fueron interrogadas. Durante ese momento revelaron sus identidades, reconocieron su pertenencia al Cártel del Golfo y detallaron las labores que realizaban dentro de la estructura criminal.
Varias señalaron que operaban bajo las órdenes de José Guadalupe, alias “El Ostión”; una joven mencionó ser su nieta; otra se identificó como halcona, es decir, encargada de vigilar y reportar movimientos. Yesenia Pacheco, junto con una mujer de mayor edad, indicó que respondían a “El Comandante Gallo” en la zona de Altamira en Tamaulipas.
El Cártel del Golfo, con una larga historia delictiva en México, enfrenta fracturas internas que han dado lugar al surgimiento de células como Los Zetas, así como choques con otras agrupaciones, entre ellas el Cártel de Sinaloa.
La pugna por el control territorial intensifica el terror en el noreste del país, afectando de forma directa a comunidades inocentes y a grupos específicos de mujeres que se dedican su vida al crimen organizado.