Entre tonos suaves y cielos cubiertos, la ciudad costera regala a propios y visitantes postales únicas cada mañana
En Puerto Vallarta, los amaneceres nublados continúan sorprendiendo a residentes y turistas con un espectáculo natural cargado de matices.
A pesar de la presencia de densas nubes en el horizonte, los primeros rayos de sol logran filtrarse y pintar el cielo con tonalidades que van del gris tenue al dorado brillante, creando un contraste que enmarca la bahía y las montañas de manera especial.
Quienes madrugan para caminar por el malecón o recorrer la playa aseguran que estas postales transmiten una sensación de calma y frescura.
El clima húmedo, acompañado por la brisa marina, convierte a cada amanecer en un momento de contemplación que resalta la belleza natural de Puerto Vallarta, aun cuando el cielo permanece cubierto por nubes densas.