WASHINGTON (apro).- El procurador general estadunidense Jeff Sessions anunció que se excluirá de cualquier investigación que se haga sobre el escándalo de la conexión entre Rusia y al campaña presidencial de Donald Trump.
“Me excluyo de investigaciones existentes o futuras sobre la campaña presidencial y los contactos con Rusia”, declaró Sessions en rueda de prensa.
También aprovechó el encuentro para denunciar como “falsos” los reportes periodísticos que sostienen que podría haber hablado con los rusos sobre la campaña presidencial de Trump, durante las dos reuniones que sostuvo el año pasado con el embajador de Rusia, Sergey Kislyak.
“Nunca tuve reuniones con operadores o intermediarios de Rusia sobre la campaña presidencial”, enfatizó Sessions.
El periódico The Washington Post, al citar a funcionarios del Departamento de Justicia, informo ayer que Sessions se encontró con Kislyak en dos ocasiones: una, en el Capitolio, el pasado 8 de septiembre, y la otra en julio de 2016 durante la celebración de la Convención Nacional Republicana, en la cual se declaró a Trump candidato a la Presidencia.
La revelación que hizo el diario de las reuniones de Sessions con Kislyak, generó una seria de exigencias en el Congreso federal estadunidense respecto del procurador general.
En su audiencia de confirmación ante el Comité Judicial del Senado, el pasado 10 de enero, Sessions, al ser cuestionado por el legislador demócrata por Minnesota, Al Franken, sobre si sabía quiénes de la campaña presidencial de Trump se habían reunido con representantes del gobierno de Rusia, el ahora procurador declaró que él no sabía de ningún caso.
Con la revelación del Washington Post sobre las dos reuniones que sostuvo Sessions con Kislyak, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, exigió su renuncia como secretario del Departamento de Justicia.
Otros legisladores federales demócratas, e incluso varios republicanos, exigieron la exclusión de Sessions de la investigación que realiza el Congreso sobre la conexión entre los rusos y la campaña presidencial de Trump, así como de su involucramiento en la pesquisa por parte de una comisión independiente que podría ser organizada y dirigida por el mismo Departamento de Justicia.
“Es totalmente falso”, insistió Sessions, al explicar que en sus reuniones con el embajador ruso nunca hablaron de la campaña presidencial de Trump.
En especial, el encuentro de Sessions con Kislyak del pasado 8 de septiembre provoco las exigencias de los demócratas de la dimisión del procurador porque ocurrió justo cundo el FBI y otras agencias de inteligencia estadunidenses detectaron que los rusos realizaban espionaje cibernético para tratar de manipular el proceso electoral del pasado 8 de noviembre a favor de Trump.
Sessions confirmó las dos reuniones con el embajador ruso, pero aseguró que la que de septiembre, llevada a cabo en el Capitolio cuando el aún era senador federal republicano por el estado de Alabama, estaban presentes otras personas y que no hablaron de la campaña presidencial del ahora primer mandatario.
De la ocurrida en julio, en Cleveland, Ohio, el procurador general manifestó que fue muy breve y ya no se acordaba mucho del contenido de la plática.
Aunque el mismo Departamento de Justicia dejó en claro que el espionaje cibernético de los rusos no influyó en el resultado de las elecciones presidenciales pasadas, en el Capitolio los demócratas exigen que se lleve a cabo una investigación minuciosa e independiente para que se conozca toda la verdad del caso.
Trump, por su parte, y antes de la conferencia de Sessions, declaró tener “total” confianza en su procurador general.