Qué fue de la infame generación que acompañó a Peña Nieto
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Con esta fotografía, el entonces presidente Enrique Peña Nieto presumía que en el país gobernaba un “nuevo PRI”. Rodeado por nuevos cuadros y bajo la narrativa de “Mover a México”, la intención era presentar un partido rejuvenecido y dejar atrás la sombra que siempre lo ha perseguido: la corrupción y la impunidad.
Pero con el paso del tiempo, la realidad se impuso dejando en claro que las viejas prácticas no habían quedado atrás, sino que se habían perfeccionado.
César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge, dejaron de ser el ejemplo de un tricolor renovado, para dejar un legado de excesos, corrupción e impunidad. A la lista se han sumado otros ex gobernadores, algunos de los cuales se encuentran presos, mientras que otros aún permanecen prófugos o son investigados.
Desde el inicio y hasta el final de su sexenio, Enrique Peña Nieto se vio envuelto en temas de corrupción. Algunos casos lo apuntaron de manera directa, pero en otros, fue señalado de conocer las corruptelas en las que se vieron envueltos varios de sus colaboradores más cercanos y no tomar medidas.
César Duarte, el gobernador que dejó en la ruina a Chihuahua
César Duarte Jáquez, gobernó Chihuahua de 2010-2016. Durante su administración, dejó al estado en la bancarrota luego de perpetrar el desvío y disposición indebida de 1,200 millones de pesos, además de ser acusado de haber entregado recursos de la nómina del estado a varias campañas del PRI en 2015.
Aunado a esto, investigaciones periodísticas dieron a conocer los excesos ocurridos durante su mandato. Era afecto a las grandes fiestas y tenía departamentos de lujos, así como ranchos con búfalos y otros animales exóticos.
Pero su ambición no llegó ahí y obtuvo su propio banco. Fue apoyado por el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien autorizó que César Duarte fuera el accionista mayoritario del Banco Unión Progreso de Chihuahua.
En 2014, se detectaron 342 transferencias del gobierno del estado de Chihuahua hacia el Banco Unión Progreso, donde se contabilizaron al menos 80,000 millones de pesos en pagos que salieron desde la Secretaría de Hacienda. Al término de su gobierno, Duarte Jáquez se esfumó.
Fue al inicio de la administración del actual gobernador Javier Corral, en 2016, que comenzó la investigación contra César Duarte, al denunciar que había un desfalco millonario a las arcas públicas.
En 2017 se emitió una orden de aprehensión contra el ex gobernador, tras detectar una deuda pública por 48 mil millones de pesos, un desfalco al erario de alrededor de 6,000 millones de pesos y el desvío de al menos 250 millones de pesos para campañas electorales del PRI en 2015, lo cual fue conocido como la “Operación Safiro” (con “s”) en el cual seis estados y una delegación del entonces Distrito Federal gobernados por el Revolucionario Institucional desviaron 650 millones de pesos a 12 empresas fantasmas ligadas con ese mismo partido político.
La “Operación Safiro” quedó al descubierto tras una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y luego con la captura de Ricardo Yáñez, ex titular de la Secretaría de Educación de Chihuahua, se supieron más detalles.
Yáñez declaró ante el Ministerio Público que durante una reunión en la sede nacional del PRI, dirigentes de ese partido explicaron que no se tenía que preocupar por las empresas fantasmas pues “estaban blindadas por parte del SAT (apéndice de la SHCP encabezada por Luis Videgaray) y que además Chihuahua no era el único estado en que se había manejado el desvío de fondos, ya que también había ocurrido en otras entidades con una mecánica similar”. Yáñez Herrera fue sentenciado a sólo cuatro años de prisión por el delito de desvío de recursos.
El 25 de enero de 2019, la Comisión partidaria del PRI decidió expulsarlo de sus filas, pero fue hasta el 12 de junio de ese año que fue confirmado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Duarte Jáquez permaneció prófugo durante más de tres años hasta que este miércoles 8 de julio fue detenido por autoridades estadounidenses en el estado de Florida. Ahora comenzará el proceso de extradición para ser juzgado en México, el cual -de acuerdo con el fiscal de Chihuahua, César Augusto Peniche- tardará varios meses.
Javier Duarte, el rostro de la corrupción
Gobernó Veracruz del 1 de diciembre del 2010 al 12 de octubre del 2016, día en que, en medio de acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito, solicitó licencia al Congreso del Estado.
Cuando aún estaba en funciones, fue señalado de encabezar una compleja estrategia para lograr el desvío de 233 millones de pesos de recursos públicos mediante empresas fantasma que, a su vez, lo triangularon a un segundo nivel de compañías y estas a diferentes prestanombres.
Luego de permanecer medio año prófugo de la justicia mexicana, Duarte de Ochoa fue detenido en un hotel de lujo ubicado en Guatemala el 16 de abril de 2017 acusado de los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, pero después la entonces Procuraduría General de la República (PGR) le reclasificó el delito de delincuencia organizada a enriquecimiento ilícito, que es menos grave.
En una entrevista otorgada al periódico Reforma el 8 de julio de 2019, Duarte reveló que cuando aún era presidente Enrique Peña Nieto, le regaló una suma de dinero (no precisó cifras) para ayudarlo porque tenía “cargos de conciencia” por la persecución que padecía.
Javier Duarte aseguró que con ese mismo dinero, sobornó al ex encargado de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), Alberto Elías Beltrán, para que dejaran en paz a su familia y le reclasificaran el delito de delincuencia organizada.
Durante una audiencia, Duarte declaró que su renuncia al gobierno del estado de Veracruz y su posterior huida a Guatemala, fueron por instrucciones del presidente Enrique Peña Nieto. La orden habría llegado a través del entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien habría arreglado una entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola para simular que pediría su renuncia.
“Fue una negociación (la captura), en donde me dijeron ‘te tienes que entregar antes de la elección del Estado de México, porque de lo contrario no va a funcionar. Y a cambio dejamos a tu familia en paz y tú te entregas’, dijo Duarte en una entrevista telefónica a Ciro Gómez Leyva el pasado 9 de julio de 2019.
Pese a que ha interpuesto varios amparos, el ex gobernador veracruzano permanece preso en el Reclusorio Norte de la capital del país. En mayo de 2020, una juez confirmó la sentencia de Duarte de 9 años de prisión, pero ordenó regresarle 40 inmuebles que se le habían decomisado.