A pesar de los llamados de las autoridades, varias familias continúan dejando llantas como basura en distintas colonias, generando problemas ambientales y de salud pública.
En diversas zonas de Puerto Vallarta, el abandono de llantas en las calles se ha convertido en una escena cada vez más frecuente.
Las autoridades municipales han reiterado que este tipo de desechos no debe depositarse en la vía pública; sin embargo, el número de llantas arrojadas en esquinas, lotes baldíos y banquetas sigue en aumento.
El problema ha comenzado a generar malestar entre vecinos, quienes señalan la falta de conciencia por parte de algunas familias.
El impacto ambiental de esta práctica preocupa a especialistas y a funcionarios locales.
Las llantas, al acumularse, se convierten en criaderos ideales para mosquitos transmisores de enfermedades, además de representar un riesgo de incendios debido a la facilidad con la que pueden arder.
Su descomposición lenta agrava la situación, ya que permanecen en el entorno por años sin degradarse, afectando la imagen urbana y contaminando el suelo.
A pesar de que el municipio cuenta con campañas y centros de acopio destinados al manejo adecuado de estos residuos, muchas familias continúan optando por dejarlos en las calles, evadiendo la responsabilidad de su disposición final.
Organizaciones vecinales han solicitado mayor vigilancia y sanciones más estrictas, pero también coinciden en que la solución de fondo requiere mayor educación ambiental y participación ciudadana para evitar que este problema siga creciendo.


