Se estima que en 100 años, la cantidad de estos fenómenos meteorológicos casi se duplicará.
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Los ciclones tropicales están entre los sistemas meteorológicos más peligrosos y destructivos de la Tierra y se prevé que sus impactos aumenten en los próximos años.
La temporada de estos fenómenos meteorológicos inició oficialmente el 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre de 2019. Según la clasificación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la región cuatro, que comprende EE.UU., México, Centroamérica y el Caribe, tiene los ciclones tropicales más peligrosos, siendo México el único país al que le afectan tanto por el Océano Atlántico como por el Pacífico.
Cada año, la nación mexicana es golpeada, en promedio, por cinco ciclones, sin embargo, se ha detectado una tendencia al alza que hará que, con mucha probabilidad, en aproximadamente un siglo esta cifra se eleve a nueve, advierte Martín Jiménez Espinosa, subdirector de Riesgos por Fenómenos Hidrometeorológicos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Apenas el 15 de mayo, el Servicio Meteorológico Nacional de México anunció que este año será más activo, con un estimado de 33 ciclones, que no siempre tocan Tierra y que se clasifican como tormentas tropicales o huracanes.
En el Océano Pacífico el promedio es de 15, pero este año, si se cumplen los pronósticos, se registrarán 19, mientras que en el Atlántico, donde la media suele ser de 12, en esta ocasión habrá 14. De ellos, se prevé que nueve van a ser huracanes mayores.
«Afortunadamente, no todas las trayectorias de esta temporada ciclónica llegan a Tierra, por ejemplo, del Pacífico llegan a impactar cada año, en promedio, tres ciclones tropicales y en el Atlántico, dos. A México le impactan cada año, cinco, pero hemos notado que el número de impactos ha tenido una tendencia leve a incrementar», expone el experto.
Aunque hay una creencia generalizada sobre que el cambio climático está vinculado a este aumento, no es la única causa; principalmente se debe al recurvamiento en sus trayectorias, que actualmente está siendo estudiado y debatido por los expertos, resalta Jiménez.
En los océanos Atlántico y Pacífico, el número total de ciclones tropicales se ha mantenido mayoritariamente estable en los últimos 50 años, sin embargo, al extraer el número de veces que han impactado en México, hay una tendencia al alza.
«En los últimos 50 años que hemos estudiado, se tienen en promedio cinco impactos al año, pero si analizamos los últimos 20 años, este promedio sube a siete, cuatro en el Pacífico y tres en el Atlántico. Observando esa tendencia, en un futuro estimado a 100 años, se vería incrementado de cinco a nueve ciclones tropicales, sin embargo, hay ciertos años en que esta cifra ya se alcanza, por ejemplo, en 2018 nos impactaron siete», desarrolla el especialista en riesgos.
Entendiendo el ciclón
Un ciclón tropical es un fenómeno que se caracteriza por vientos que giran alrededor de un centro. En velocidades de entre 64 a 119 kilómetros por hora se le denomina tormentatropical; si los vientos superan esa velocidad, se le denomina huracán, que se clasifica en cinco categorías de la escala Saffir-Simpson para estimar el daño potencial por viento y marea.
Son fenómenos que se originan en el mar, pues toman su energía del calor que se tiene en las aguas tropicales en verano, para ello, la temperatura de la superficie del mar tiene que superar los 16 centígrados. «El ciclón tropical es un fenómeno normal, es un mecanismo que tiene la naturaleza para que la energía que está en los trópicos se desplace hacia el norte, lo anómalo sería que no tuviéramos, eso querría decir que algo grave estaría pasando con nuestro planeta».
No solo en la Tierra
En la naturaleza, este tipo de vórtices tienen lugar en todo el universo. «El huracán más famoso que todos hemos visto está en Júpiter, el ojo que está allí es un ciclón que tiene como 300 años sin parar, van siglos que está allí», narra Jiménez.
En la Tierra siempre han existido, es un fenómeno normal e incluso benéfico para México. «Es un mecanismo que transporta no solo energía, también precipitaciones, lluvia hacia el norte del país, donde solamente con infraestructura hidráulica, como las presas, se puede satisfacer la demanda de agua». México se ubica en la misma latitud de los desiertos del Sáhara, son los ciclones tropicales los que hacen la diferencia en la geografía.
«México tiene la fortuna de que está en el paso de estos fenómenos, llenan los almacenamientos de agua y eso redunda en aseguramiento alimentario. Hay un fenómeno peor que los ciclones, es la sequía», manifiesta el experto del Cenapred.
Los riesgos
Sin embargo, los ciclones tropicales provocan también inundaciones en las zonas costeras, el desbordamiento de ríos y deslaves en laderas, expresa Jiménez, que alerta sobre la necesidad de un ordenamiento territorial. «En general, la humanidad tiende a ubicarse cerca de las fuentes de abastecimiento de agua o de las costas porque es una fuente de alimento, pero tenemos la oportunidad de convivir con estos fenómenos, elevando las viviendas o reubicándolas en zonas más altas».
Desde el año 2000, México cuenta con el Sistema de Alerta por Ciclones Tropicales (SIAT-CT), que advierte hasta con una semana de antelación y que, afirma Jiménez, ha permitido reducir el número de pérdidas humanas.
«La gente suele pensar que es poco probable que nos impacte un ciclón y no podrían equivocarse más, porque eso sin duda pasará. Por eso lo más importante es ubicar en qué situación se encuentra su comunidad dentro del Atlas Nacional de Riesgos, saber si habitan en zonas de riesgo por inundación, laderas o sismos, tener un plan de contingencia y estar atentos a todos los avisos emitidos por las autoridades», recomienda.
Nombrar un ciclón
La convención de poner nombres a los ciclones tropicales surge a partir de la Segunda Guerra Mundial, desde entonces se crean listados con años de antelación que recogen nombres en español, inglés y francés.
«Hay listas para los próximos 10 años, de hecho se podría decir que ya hay para siempre, porque se reciclan cada cinco años, aproximadamente, y solo en el caso de que algún huracán haya impactado de una manera muy importante su nombre se retira de la lista», concluye Jiménez Espinosa.