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CIUDAD DE MÉXICO (apro). – Alrededor de 1 de cada 4 personas en las Américas tiene mayor riesgo de enfermar gravemente y morir si se infectan con covid-19 por vivir con una enfermedad crónica, alertó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con una encuesta virtual de la OPS, el 81% de todas las muertes en las Américas antes de la pandemia se debieron a enfermedades no transmisibles (ENT) o crónicas. Actualmente, se estima que 62 millones de personas en la región viven con diabetes y 1.2 millones de personas viven con cáncer en América Latina y el Caribe.
La encuesta, que fue completada a nivel global por 158 países y a nivel regional por 28 Estados miembros, alertó que los servicios de prevención y tratamiento de las ENT se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia de covid-19 en la región de las Américas, constituyendo una amenaza para la salud de las personas que viven con enfermedades crónicas.
A finales de mayo, la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, advirtió que no brindar atención a las ENT durante la pandemia puede traer “una epidemia paralela de muertes prevenibles de personas” con enfermedades crónicas.
“Esta situación es muy preocupante porque pone a las personas que viven con ENT en mayor riesgo de enfermar gravemente si se infectan con covid-19 y morir”, afirmó Anselm Hennis, director del departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS, durante una teleconferencia de prensa organizada por la Alianza de ENT, Coalición Latinoamérica Saludable y México Salud-Hable.
Hennis detalló que los servicios de salud ambulatorios se han visto parcialmente interrumpidos en el 64% de los 18 países encuestados, dos los han interrumpido completamente afectando todo tipo de atención para personas con ENT, pero más los servicios de diabetes, hipertensión, cuidado dental y rehabilitación, mientras que, en siete países, es decir, el 25%, han permanecido abiertos.
“El tratamiento y los cuidados para estas personas debe continuar. Los países deben buscar formas innovativas de garantizar su continuidad al mismo tiempo que hacen frente a la covid-19”, subrayó.
Las razones más comunes para interrumpir o reducir los servicios fueron la cancelación de los tratamientos planificados, la disminución del transporte público disponible, el miedo a asistir a los centros de atención y la falta de personal, debido a que los trabajadores sanitarios habían sido reasignados para apoyar los servicios de respuesta de la pandemia.
Además, algunos países experimentaron interrupciones en las cadenas de suministro, así como desafíos en la distribución de medicamentos y productos de salud.
En el 89% de los países de las Américas que respondieron a la encuesta, el personal de los ministerios de salud que trabajaba en la esfera de las ENT fue parcial o totalmente reasignado para apoyar la respuesta a la pandemia, mientras que el aplazamiento de los programas públicos de detección ha sido generalizado en el 43% de los países.
El estudio también concluyó que la mayoría de los países han establecido estrategias alternativas destinadas a posibilitar que las personas más vulnerables sigan recibiendo tratamiento contra las ENT, como el asesoramiento por teléfono o por medios electrónicos, la utilización del traje para para determinar las prioridades de atención, la dispensación novedosa de medicamentos para ENT y el redirigir pacientes a lugares de atención alternativos.
“Estas interrupciones probablemente tendrán un impacto en los resultados de salud para estas poblaciones vulnerables”, consideró el doctor Hennis y pidió “más esfuerzos para garantizar que las ENT se incluyan en los planes nacionales de respuesta a la covid-19 y para asegurar métodos seguros para brindar atención clínica esencial a las personas con ENT durante la pandemia”.