Persisten casos de lepra en Jalisco: Tuxcacuesco, San Sebastián del Oeste y San Cristóbal

La dependencia ha puesto en vigilancia a 12 municipios y contabiliza 300 afectados en 28 Estados del país

elpais.com

La lepra no ha desaparecido de México. La Secretaría de Salud tiene registrados 300 casos de esta enfermedad infecciosa que se reparten por la mayoría del territorio, solo cuatro Estados —Chiapas, Sonora, Baja California y Tlaxcala— no tienen cifras de afectados. La alta incidencia en 12 municipios del país ha puesto en alerta al Gobierno que ha puesto a estas localidades bajo vigilancia epidemiológica. Otros países, como Estados Unidos, también están registrando incremento de casos de lepra, especialmente en el Estado de Florida.

Las localidades más afectadas son Tuxcacuesco, San Sebastián del Oeste y San Cristóbal de la Barranca, en Jalisco; Nocupétaro y Nuevo Urecho, en Michoacán; Tlaltizapan en Morelos; Lampazos en Nuevo León; El Espinal, Santiago Niltepec y San Miguel Chimalapa, en Oaxaca; Choix en Sinaloa, y Tunkas en Yucatán. La Secretaría de Salud los ha denominado “municipios prioritarios para lepra”, porque concentran una prevalencia mayor a un caso por cada 10.000 habitantes. La mayoría de los afectados en México son multibacilares, lo que significa que el paciente cuenta con seis o más lesiones en la piel.

El avance en la lucha contra la lepra ha sido radical en México. En solo 30 años, se ha pasado de más de 17.000 casos en 1992 a los 618 que se registraron al cierre del año pasado. Las medidas contra la enfermedad se han enmarcado en una estrategia para acabar con la lepra como problema de salud pública. Para eso, es esencial, apuntan desde la Secretaría de Salud, interrumpir la cadena de transmisión. Se van a llevar a cabo jornadas dermatológicas para localizar esos contactos. En 2022, el número total de contactos dentro del domicilio en vigilancia fue de 3.381 personas, pero solo el 64% fueron examinadas finalmente. Lo que desde la secretaría se reconoce como “un área de oportunidad para aumentar actividades en este grupo de población que es vulnerable a enfermar y así poder tener la oportunidad de un diagnóstico y tratamiento oportunos”.

La lepra es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria conocida como bacilo de Hansen. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el bacilo se reproduce muy despacio y el periodo promedio de incubación hasta la aparición de los síntomas es de cinco años. Los signos iniciales son manchas o nódulos en la piel, que terminan en lesiones y en la pérdida de la sensibilidad. Otros síntomas son la debilidad muscular y la sensación de hormigueo en manos y pies. “Cuando los casos no se tratan al inicio de los signos, la enfermedad puede causar secuelas progresivas y permanentes, que incluyen deformidades y mutilaciones, reducción de la movilidad de las extremidades e incluso ceguera”, señala la OPS.

Su tratamiento en México y en toda la región es gratuito. La OPS y la OMS (Organización Mundial de la Salud) dona cada año los fármacos de poliquimioterapia para la atención de las personas afectadas por la lepra. Según datos de la Secretaría de Salud, el 69% de los pacientes terminan su tratamiento. “La lepra no es altamente infecciosa y se transmite a través del contacto cercano y frecuente con personas infectadas no tratadas. Es curable y el tratamiento proporcionado reduce considerablemente las posibilidades de discapacidad”, explica la OPS, que también advierte del estigma que sufren las personas con esta enfermedad, lo que dificulta el diagnóstico. En 2018, se identificaron en América 30.000 casos nuevos de lepra, casi 1.800 eran niños y más de 2.300 tenían una deformidad visible a causa de la enfermedad.

Para la directora de Micobacterioris de la Secretaría de Salud, Fátima Luna, y la especialista en el programa de eliminación de la lepra, Patricia Guadarrama, faltan diagnósticos oportunos en México, especialmente en pacientes que tienen ya una discapacidad en grado uno y dos, y en menores de 15 años. También hay mucho margen de acción en la cobertura de revisión de contactos. Esto ha llevado, explican las doctoras, a que aunque haya descendido el número de pacientes “no se corte la cadena de trasmisión de la enfermedad a mayor velocidad” y el número de casos se mantenga estable.

Las especialistas explican que se requieren “de grandes esfuerzos por parte de todos los involucrados, voluntad política y fortalecimiento de competencias al personal”, con el objetivo de mejorar el diagnóstico y el tratamiento, identificar “áreas leprógenas con la búsqueda efectiva de casos”: “acciones que contribuirán a un cambio en el comportamiento de la enfermedad en México”. La lepra es una de las enfermedades más antiguas del mundo y a pesar de que tiene cura desde hace 40 años se ha convertido en una de las más descuidadas. En 2021, como efecto colateral de la pandemia de covid-19, la OMS registró un aumento de casos del 10% en todo el mundo.

                                                         
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