
De esa manera, determinó que las y los trabajadores que presenten síntomas de coronavirus deberán acudir directamente a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) para la valoración presencial y, si aplica, la expedición de la incapacidad temporal para su centro de trabajo.
En entrevista con El Heraldo Digital, Jorge Sales Boyoli, especialista en Derecho Laboral y socio en Littler, explicó que el retiro de esta facilidad virtual tiene lógica ante la baja de contagios y letalidad, además de que el IMSS muy seguramente desea cerciorarse de que los subsidios que está pagando correspondan a una enfermedad de COVID-19.
De igual manera, aclaró que la suspensión de este permiso no implica la cancelación o la revocación de derechos de los trabajadores, simplemente se retira una facilidad para expedir una incapacidad digital que «es casi casi una incapacidad de buena fe”.
Sales Boyoli recordó que el trabajador tiene derecho de ir al IMSS a tramitar este permiso o incapacidad y el patrón tiene que preservar la salud en el centro de trabajo, pues cualquier enfermedad contagiosa en términos de la ley es una causal para suspender la relación laboral.

Finalmente, reiteró que el retiro del Permiso COVID-19 3.0 no viola ningún derecho del trabajador, pues “simplemente se modifica una modalidad”, que fue una facilidad durante el alza de contagios. Desde hoy, los trabajadores con síntomas tendrán que ir a las clínicas a verificar si estos signos corresponden a COVID y si es así, expedir una incapacidad por enfermedad, en cuyo caso cobrarán el 60% de su salario.
Cabe mencionar que desde el lanzamiento de la versión digital el 10 de enero, se otorgaron por esta vía 373,296 permisos.
Esta mañana, las cifras presentadas por el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell mostraron un panorama esperanzador para el país, pues de acuerdo con su informe, las condiciones cada vez se acercan más a una situación de estabilidad.