Pablo Joaquín y la lucha de su madre por rescatar al adolescente secuestrado en Tepic: desde la entrega de dinero hasta las protestas

Pese a que se conoce la ubicación del menor y los presuntos plagiarios, las autoridades no han hecho nada por encontrarlo

heraldodemexico.com.mx

No hay dolor más grande para los padres que no saber nada de sus hijos, la angustia y el miedo los consumen cada día, la vida da un vuelco, dejan de ser ellos y además de a sobrevivir se dedican a buscar a aquellos seres a los que les dieron vida, que al hacer su vida normal un día simplemente no volvieron a casa. Alejandrina Orozco es una mujer que desde hace más de un mes vive la peor pesadilla, su hijo Pablo Joaquín Gómez Orozco desapareció tras salir a buscar trabajo.

Desde aquel 30 de marzo, la mamá del adolescente de 17 años comenzó a buscar a su amado hijo, por la noche acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Nayarit a levantar la denuncia por la desaparición, pero pese a que se trata de un menor de edad le dijeron que debía esperar 72 horas para que procediera la querella. Al volver a su casa comienza junto a su familia una búsqueda por la ciudad, con sus amistades y conocidos, pero no hallaron rastros del paradero de Pablo Joaquín.

Pasado el tiempo indicado volvió, la persona que la atendió le dijo que como eran vacaciones de Semana Santa era probable que estuviera en la playa, a lo que ella respondió que necesitaba que se activara la Alerta Amber. También proporcionó el domicilio de una amistad de su hijo para que indagaran si sabía algo, aunque de acuerdo con la mamá del joven, no acudieron a investigar.

Con amor buscan y esperan a Pablo. Foto: Alerta Amber. 

La Alerta Amber se activó, en ella se especificó que el adolescente fue visto por última vez en la colonia Ampliación Tierra y Libertad, de Tepic. Se especificó que se considera que la integridad del menor puede estar en riesgo, así como que puede ser víctima de la comisión de algún delito.

Una verdad angustiante y una pista

Casi una semana después de la desaparición, Alejandrina recibió un mensaje vía Messenger, era su hijo, lo reconoció en la manera de escribir. Le proporcionó un número telefónico para que la llamara, así lo hizo, escuchó su voz, pero colgó la llamada. Volvió a enviar un mensaje para decirle que volviera a llamarlo, le dijo que cuando le enviara una “manita arriba” sería la señal para tener comunicación.

“Así estuve llamando, cuando daba la indicación», comentó a El Heraldo Digital.

Pablo le dijo que estaba en lugar de Zacatecas -que después se supo que era Obraje– que alguien lo tenía y estaba muy asustado. En una de las llamadas una persona hizo que le preguntara si había una Alerta Amber, al ser afirmativa la respuesta, le dijo: “dile a tu mamá que estás bien y que estás trabajando”, pero él respondió que ella no dejaría de buscarlo.

En todo el país se ha difundido la ficha de búsqueda. Foto: Alerta Amber. 

Después recibió una llamada, le dijeron que tenían al adolescenet secuestrado, que si querían volver a verlo debían entregar 250,000 pesos. También el hermano de Alejandrina recibió llamadas, por lo que pidió una prueba de vida, acto seguido le enviaron una foto donde se veía golpeado. Lograron reunir una parte de la cifra exigida y quedaron en verse.

En pleno centro de Tepic se reunieron, la persona llegó y exigió el dinero, el tío de Pablo le dijo que ese no era el trato, pues quedaron en devolver al joven, el presunto criminal respondió de manera violenta, diciendo que si quería le enviaría una mano o una oreja de su hijo. Les entregaron 100,000 pesos, pero del adolescente no se supo nada.  No les han querido proporcionar las grabaciones de las cámaras de videovigilancia.

Petición de ayuda

Después de lo ocurrido, Alejandrina solicitó la sábana de llamadas para saber la actividad del número al que se comunicó con su hijo, estas arrojaron que estaba en Obraje, Zacatecas, una zona serrana colindante con Jalisco. Pidió que enviaran el expediente a las fiscalías de los otros dos estados, para que colaboraran en la búsqueda. Pese a saber la localización de las personas que secuestraron a Pablo, no se ha hecho nada por buscarlo y rescatarlo. Cuando pidió el regsitró del telefóno celular de quien probablemente tuviera al joven, le dijeron que no podían violar sus derechos humanos.

«Y los derechos de mi hijo, están primero los de las personas que lo tienen secuestrado», exclamó.

En Zacatecas les dijeron que no habían recibido nada, después de que Nayarit la envió, le comentaron que esa zona era muy peligrosa, por lo que no podían entrar, también les recomendaron no ir por sus propios medios pues corrían el riesgo de ser asesinados.

Jalisco, por su parte, dijo no haber recibido el expediente, por lo que la desesperación de la madre aumentó, decidiendo viajar a la Ciudad de México, con la esperanza de poder hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador, para pedirle elementos de la Guardia Nacional que le ayuden con la búsqueda.

Un grito desesperado

Los días pasaban y Alejandrina no sabía nada de Pablo, marcó al número que le dio en aquel primer mensaje, le respondieron, pero dijeron que si hijo estaba trabajando con otro grupo de albañiles, después le dijeron que no volviera a llamar, no desactivaron la línea.

“Hay miles de desaparecidos, muchos quisieran tener una pista, yo la tengo, pero no han hecho nada”, dijo desesperada.

Junto a otros familiares han realizado protestas, buscan ser atendidos por alguna autoridad federal, ya que ninguna estatal, ni Derechos Humanos, los ha atendido correctamente. Pese a que las manifestaciones han llamado la atención de los medios de comunicación, no han tenido la respuesta que buscan.

“Si algo le pasa a mi hijo, ¿quién va a responder, quién será el culpable?”, cuestionó.

Buscan ser escuchados por el presidente. Foto: Israel Lorenzana. 

Lo único que pide es ser escuchada por el presidente, es una petición que hace desde el fondo de su corazón, con todo el amor que una madre tiene, con todo el dolor de no saber de su hijo, con el deseo de volver a abrazarlo y seguir cuidándolo.

La culpa también se ha asomado, Alejandrina cuenta que su hijo era muy hogareño, gusta de pasar su tiempo en la programación, pero cuando llegaba a salir ella lo llevaba y recogía, ese día no lo hizo y no deja de reprochárselo, aunque lo cierto es que las personas deberían salir con tranquilidad y seguridad de volver a salvo a sus hogares.

“No dejo de pensar que todo sería diferente si ese día lo hubiera llevado”, lamentó.

Alejandrina narró que lo que ha vivido le ha mostrado una cara terrible de la sociedad, pues ha recibido varios mensajes exigiéndole dinero, pero al pedir una prueba, dejan de responder. También ha visto comentarios terribles en las redes sociales, diciendo que si se llevaron al adolescente es “por algo”, por ello lanzó un contundente mensaje.

“Mi hijo no anda en malos pasos, es un muchacho de bien”, aclaró.

Después de todo lo que ha ocurrido, las irregularidades en el caso y las llamadas de los secuestradores, toda la familia de Pablo Joaquín teme por su integridad, no saben si estarán seguros al volver a Tepic, pero saben que no pueden costear la estancia en la Ciudad de México.

                                                         
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