Expertos advierten que un acceso no autorizado al correo puede abrir la puerta al robo de datos personales y al vaciado de cuentas vinculadas.
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La ciberdelincuencia vuelve a poner a Gmail en el centro de la discusión tras revelarse una modalidad de ataque que puede comprometer múltiples servicios con un solo ingreso no autorizado. Expertos en ciberseguridad alertan que este tipo de intrusión, silenciosa y difícil de detectar, permite a los delincuentes controlar cuentas, robar datos sensibles y obtener acceso a plataformas vinculadas mediante el inicio de sesión con Google.
La advertencia surge a partir de nuevas investigaciones en torno al crecimiento de estafas digitales que dependen del correo electrónico para ejecutarse. El uso masivo de Gmail como método de registro en aplicaciones y servicios financieros ha convertido a estas cuentas en un objetivo prioritario para los atacantes.
Según especialistas, basta con vulnerar una sola contraseña para desencadenar un efecto en cadena que puede incluir la apropiación de perfiles, accesos a servicios de pago y control de datos personales.

Los analistas sostienen que este tipo de intrusión se caracteriza por no mostrar señales evidentes en sus primeras fases. Una vez dentro, los delincuentes pueden interceptar códigos de verificación, ejecutar procesos de recuperación de contraseña e incluso reasignar dispositivos autorizados. La facilidad con la que estos pasos pueden realizarse convierte al correo electrónico en un canal de alto riesgo si no se aplican medidas de protección básicas.
En el ámbito de la ciberseguridad, el correo sigue siendo una de las vías más utilizadas para ataques basados en suplantación de identidad y distribución de malware. Su función como “llave maestra” de acceso a otros servicios lo vuelve especialmente vulnerable. Investigadores afirman que cada vez más estafas buscan engañar al usuario para obtener credenciales mediante enlaces falsos o notificaciones fraudulentas diseñadas para imitar servicios oficiales.
Los especialistas recomiendan que los usuarios revisen de manera periódica los dispositivos que tienen acceso a la cuenta. Este control se puede realizar desde el panel de seguridad de Google, donde es posible identificar equipos desconocidos, cerrar sesiones sospechosas y verificar los últimos movimientos registrados. La revisión regular permite detectar intrusiones que de otra forma pasarían desapercibidas.

Otra práctica fundamental es auditar los servicios externos vinculados a Gmail. Muchas aplicaciones mantienen permisos activos, incluso cuando ya no se utilizan. Estas conexiones pueden convertirse en puntos débiles que facilitan el acceso de terceros. Eliminar autorizaciones antiguas o innecesarias reduce significativamente las posibilidades de que un atacante explote una vulnerabilidad existente.
El refuerzo de la contraseña también es clave. Los expertos insisten en que debe ser única, extensa y con combinaciones complejas. Utilizar la misma clave en diferentes plataformas aumenta el riesgo de que una filtración externa permita descifrar el acceso a Gmail. Los gestores de contraseñas se presentan como una alternativa segura para quienes buscan almacenar credenciales sin depender de la memoria o de apuntes físicos.
Además, las alertas de seguridad de Google continúan siendo una de las herramientas más efectivas para detectar actividad anómala. Las notificaciones sobre intentos de inicio de sesión, cambios en la información de recuperación o movimientos fuera de lo habitual pueden avisar con suficiente antelación para que el usuario actúe y cambie la contraseña de inmediato. Para que estos avisos funcionen correctamente, es esencial mantener actualizado el número telefónico de recuperación y los datos personales de verificación.

Los investigadores coinciden en que el correo electrónico no solo concentra información confidencial, sino que funciona como un acceso principal a la identidad digital. Por ello, cualquier intrusión tiene el potencial de convertirse en un ataque mucho más grande que afecte cuentas bancarias, plataformas de trabajo o servicios de almacenamiento en la nube. Frente al avance de nuevas técnicas de fraude, las medidas de prevención continúan siendo la principal defensa para evitar caer en estafas silenciosas que comprometan la seguridad del usuario.


