El jueves por la noche el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, aseguró que durante la manifestación por la muerte de Giovanni López existieron infiltrados agresivos que mandaron desde la Ciudad de México, con intereses de trasfondo.
“Esos hechos ponen en evidencia que detrás de todo lo que está sucediendo en Jalisco hay intereses muy precisos y muy puntuales construidos desde la CDMX, desde los sótanos del país que lo que buscan es dañar a Jalisco, no a su Gobierno necesariamente”, dijo Alfaro en una grabación difundida por redes sociales.
Tras estas acusaciones, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, insistió en una negativa de enfrascarse en acusaciones con el gobernador de Jalisco y lo llamó a presentar pruebas de sus dichos, si las tiene.
“En el caso del Gobierno federal no, no vamos a dar motivo a que se esté especulando de que nosotros tenemos interés en perjudicar al gobierno de Jalisco, no vamos a caer en ese juego por eso nos hacemos a un lado”, enfatizó el mandatario.
El presidente explicó que no es la primera vez tienen diferencias y “no contestamos, no respondemos. Para que haya pleito se necesitan dos y nosotros no queremos pelear y cada quien necesita asumir su responsabilidad“
“Somos nosotros de la independencia que tienen autoridades municipales y de la soberanía que tienen los gobiernos de los estados.
No tenemos interés en pelearnos con ningún gobernador, tenemos interés en enfrentar los graves problemas nacionales a eso me dedico y nos soy hipócrita porque no soy conservador”.
El mandatario agregó que no es hipócrita y agregó que él no tiró la piedra y escondió la mano. “Cada quien tiene que asumir su responsabilidad: somos respetuosos de la independencia de los municipios y gobiernos estatales”.
En ese sentido, lamentó estos hechos en Jalisco y consideró que es necesario que los problemas se resuelvan con el diálogo y no con violencia, y deseó que se aclaren las cosas.
“Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho como decía Benito Juárez”, sostuvo.
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