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Sacando cadáveres del armario. Bajo la dirección de Enrique Ochoa Reza, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) autorizó que se prestara al sindicato de Víctor Fuentes del Villar, uno de los aviones que rentaba, para que personal no identificado acudiera a Acapulco a un viaje, tampoco justificado, y en día inhábil (un finde a Aca, pues).
Un traslado, que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), le causó un daño patrimonial de 81.8 mil pesos, incluyendo el costo total del arrendamiento de la aeronave, el combustible, los servicios aeroportuarios y hasta los honorarios de la tripulación.
El responsable de la maniobra, de acuerdo con la ASF, fue la Unidad de Transportes Aéreos, a cargo de Juan de Jesús Calderón Merino, un área que a su vez depende de la Dirección de Administración, dirigida por Héctor de la Cruz Ostos, quien llegó a ser subsecretario de Innovación y Calidad en la Secretaría de Turismo el sexenio pasado.
La autorización de Calderón Merino, detalla el reporte de la ASF, no tiene sustento legal, sin embargo, si los jefes le pidieron el avión para el sindicato a deshoras… no tuvo más remedio que asentir y firmar la autorización.
Más atrás, la Auditoría señaló una serie de irregularidades encontradas en la contratación de las aeronaves desde 2013 (que puedes consultar en http://informe.asf.gob.mx/Documentos/Auditorias/2015_0537_a.pdf), entre ellos, haber ‘metido mano’ en los concursos para el contrato de renta de los vehículos aéreos, aunque esas ya no le tocaron a Ochoa. Según me comentan, la CFE ha atendido las recomendaciones e instrucciones de la ASF en este caso e incluso en febrero pasado terminó el contrato con Servicios Aeronáuticos de Oriente.
En este sentido, el 14 de marzo se regresaron «íntegros» los 81 mil pesos a la Tesorería de la CFE, por lo que el daño patrimonial fue completamente subsanado.
Pero queda la duda de por qué, bajo la administración del hoy presidente nacional del PRI, haya asentido a tan peculiar petición sindical; total, mejor les hubiera prestado uno de los 200 taxis que tiene, ¿no crees?
TODO QUEDA EN FAMILIA
Nosotros oliéndole las pisadas a Emilio Lozoya por mugrosos 5 millones de dólares que supuestamente recibió de Odebrecth, y en la Secretaría de la Función Pública se persigue una denuncia en contra de María del Rosario Brindis Álvarez, titular de la Unidad de Enlace Legislativo y presidenta suplente (hazme el favor) del Comité de Transparencia de Pemex, adscrita a la oficina de José Antonio González Anaya, a quien reporta directamente, por haber ayudado a que su esposo, Alberto Ríos Treviño, ganara un contrato de más de 567 millones de pesos para la empresa Compañía Unión Internacional Energy.
En el expediente, que hasta acta de matrimonio incluye, el denunciante anónimo afirma que incluso han incumplido en el contrato mal habido.
STRIKE THREE
Ricardo Esquivel Ballesteros es el nombre del Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Comisión Reguladora de Energía, que viene de la CFE, en donde fue mano derecha del Abogado General.
Cuentan los que no se han podido meter en el juego, que su misión al interior del órgano regulador ha sido batear a favor de la empresa productiva del Estado, como en aquella ocasión cuando le perdonaron un dictamen que debía presentar por parte de una calificadora de acreditado prestigio, como lo establece la condición sexta del permiso original que se le otorgó, cuando aún no se expedían las reglas de separación legal de CFE, entre otros capítulos.
Sabemos además que las consideraciones para con la CFE no vienen de Jaime Hernández, su director, sino de la Secretaría de Energía, quien en su afán porque las cosas salgan a la perfección, comentan, obstruye que avance la apertura masiva del mercado eléctrico.