Un nuevo informe internacional señala que el sector energético nacional es amenazado por la criminalidad, así como los intenciones rusas y chinas por crear nuevas ventajas económicas con este recurso
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México enfrenta un doble desafío estructural: contener la violencia del crimen organizado y frenar la injerencia extranjera en su sector energético, donde Rusia aparece como un actor con intereses estratégicos que chocan con la seguridad nacional y con la relación bilateral con Estados Unidos.
Así pues, el informe internacional Global Reach: countering the Kremlin Playbook in Latin America, publicado por el Centro para el Estudio de la Democracia (CSD por sus siglas en inglés), advierte que la combinación de violencia, impunidad y presión geopolítica coloca al país en una posición vulnerable en el tablero glob al.
Crimen organizado: violencia nacional se encuentra en cifras alarmantes
El reporte ubica a México entre los cinco países con mayor número de homicidios vinculados al crimen organizado en el mundo. En 2024, más del 60% de los homicidios dolosos estuvieron directamente relacionados con actividades criminales.
Sobre esa misma línea, el robo de combustibles ilegales ― ya sea a través del huachicol o huachicol fiscal― sigue siendo una de las principales fuentes de financiamiento de los cárteles. Según las gráficas del informe, alrededor del 12% del mercado interno de combustibles proviene de fuentes ilícitas.
Esto, finalmente, implica pérdidas millonarias para Petróleos Mexicanos (Pemex) y fortalece a grupos criminales que ya dominan regiones clave.
Impunidad y corrupción: la pruebas de una justicia ausente
La debilidad institucional es otro de los aspectos que refuerza este escenario. El índice de impunidad supera el 95%, lo que significa que la gran mayoría de los delitos nunca se castigan. A esto se suma que 8 de cada 10 mexicanos desconfían de las fiscalías estatales, según las encuestas reproducidas en el informe.
Casos de jueces destituidos por corrupción y actuaciones irregulares confirman un Poder judicial debilitado y con facilidades de acercamiento al crimen organizado. La corrupción no solo impide sancionar a los delincuentes, sino que los protege. Por ello, esto genera una percepción de que en México las leyes no aplican de manera uniforme.
La posición de Rusia y China: propaganda y una posible injerencia peligrosa
El informe advierte sobre la expansión de la influencia rusa en México, principalmente, a través de medios de comunicación y plataformas digitales. La huella es cada vez más visible: la exposición de la audiencia mexicana a contenidos de origen ruso se duplicó desde 2020, lo cual ha alcanzado a más del 25% de los usuarios digitales.
Lejos de ser un actor neutral, según el documento, Rusia utiliza esta presencia mediática para difundir propaganda, cuestionar la relación con Estados Unidos y generar desconfianza en el modelo energético de Norteamérica.
La estrategia busca sembrar dudas sobre la cooperación regional y, al mismo tiempo, abrir espacio para que empresas y actores rusos encuentren cabida en el sector energético mexicano.
Así mismo, se señala que esta injerencia es una forma de “intervención blanda”, diseñada para influir en la opinión pública y en decisiones políticas con el objetivo de debilitar la cooperación México–Estados Unidos.
El mercado del Petróleo y energía mexicanos: el blanco de la disputa geopolítica
México produce alrededor de 1.6 millones de barriles diarios de petróleo y su sector energético es pieza clave en la seguridad nacional. Sin embargo, las gráficas del reporte muestran que la inversión extranjera en energía cayó un 35% desde 2019, mientras aumentaron los litigios con Estados Unidos y Canadá bajo las reglas del tratado comercial entre las tres naciones.
Este vacío ha sido aprovechado por Rusia y China: ambas naciones buscan posicionarse como “socios alternativos” en tecnología y suministro. Sin embargo, aceptar ese acercamiento implicaría un riesgo: ceder espacio en sectores estratégicos a países con agendas contrarias a los intereses democráticos y de seguridad en la región.
La política de “soberanía energética”, defendida por el gobierno mexicano, tiene un costo, según el informe: aleja capital confiable de Norteamérica y abre la puerta a potencias que han demostrado usar la energía como arma de presión internacional.
Una amenaza para la relación México–Estados Unidos
Estados Unidos absorbe el 80% de las exportaciones energéticas mexicanas, lo que convierte a ambos países en socios estratégicos. Cualquier intento de Moscú por expandir su influencia en México, según los datos, se interpreta en el gobierno de Washington como un desafío directo.
Para finalizar, el informe destaca que la injerencia rusa en México no es simbólica, sino parte de un esfuerzo mayor por “debilitar las democracias occidentales” y abrir grietas en la cooperación hemisférica.