Nacho Coronel, el Rey del ‘Ice’

La figura de Ignacio Coronel Villarreal es totalmente diferente a la del resto de capos del narcotráfico.
La mayoría concuerda en que nació el 1 de febrero de 1954 en Canelas, Durango, aunque un reporte del FBI fechado el 17 de abril de 2003 —cuando ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien proporcionara datos para su captura— indicaba que era oriundo de Veracruz.

De su infancia y años de formación se conoce poco o nada, a diferencia de los demás líderes del narcotráfico. Y es que a Nacho Coronel le gustaba siempre mantener ese halo de misterio, de tener un perfil bajo. Por ello también tenía los alias de Ignacio Valdez Urrutia, Dagoberto Rodríguez Jiménez, «Nachito», «El Ingeniero», «El Empresario», «El Cachas de Diamante» y «King of Ice».

Aunque son pocas las fotografías de Coronel Villarreal, el FBI incluye una en la que se le observa de barba cerrada y vestido con una camisa y un sobretodo oscuros. La imagen va acompañada de la descripción física del capo: pelo castaño, ojos cafés, raza «blanco hispano» y 65 kilos de peso. ¿Su oficio? «Hombre dedicado a los negocios».

El Rey del «Ice» comenzó su delictiva como «madrina» del comandante de la Policía Judicial Federal, José Luis Fuentes Jiménez, en Baja California, y quien fue el primer esposo de Sandra Ávila Beltrán, también conocida como «La Reina del Pacífico».

Nacho Coronel estuvo apadrinado por Amado Carrillo Fuentes, «El Señor de los Cielos», y también trabajaba para Eduardo González Quitarte, «El Flaco», quien fue publirrelacionista del Cártel de Juárez hasta 1997.

Coronel llegó a Guadalajara a principios de los años 90 por órdenes del «Señor de los Cielos». Estaba en la Ciudad con su hermano Magdaleno Coronel Villarreal, «El Leno», quien era el jefe de plaza.

Sin embargo, junto con su sobrino Raymundo Carrasco Coronel, Magdaleno falleció en Zapopan, el 3 de junio de 1993, en una balacera contra militares. Fue entonces que el sucesor natural para proteger la plaza de Guadalajara contra los demás grupos era Nacho Coronel.

«El Señor de los Cielos» le dio una gran ayuda a su subalterno para que lograra consolidar al Cártel de Juárez en la Ciudad: tenía en sus manos al entonces jefe de la Décimo Quinta Zona Militar, al general Jesús Gutiérrez Rebollo. De esa forma consolidó el negocio de las metanfetaminas.

Sin embargo, en 1993 ocurrió algo que cambiaría la lealtad de Nacho Coronel. Fue detenido en Culiacán.
Francisco Javier Bojórquez Ruelas encabezó un operativo para detener un cargamento con droga. Los agentes se apostaron a 30 kilómetros al norte de Culiacán y bloquearon el paso de los vehículos. Junto con el capo fueron detenidas otras 9 personas que estaban armadas. Aunque se supone que todavía tenía la protección de Amado Carrillo, éste los abandonó.

La ayuda le llegó unas horas después a Coronel. Un abogado de Guadalajara llegó a Culiacán para tramitar su liberación, dado que se le acusó de asociación delictuosa, portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército e intento de soborno. Tres días después, Nacho ya estaba libre. Quien le había mandado la ayuda fue Ismael «El Mayo» Zambada, un detalle que el Rey del «Ice» nunca olvidaría.

Bojórquez Ruelas, por su parte, fue encontrado sin vida meses después del operativo contra Coronel.

Vinieron años difíciles para la mayoría de los capos del narcotráfico: el asesinato del Cardenal Posadas Ocampo, en 1993, llevaría a prisión a Joaquín, El Chapo, Guzmán, y los Arellano Félix se convertirían en personajes muy perseguidos.

La muerte de Amado Carrillo durante una cirugía plástica, en 1997, así como la caída del general Gutiérrez Rebollo, por sus ligas principalmente con el Cártel de Juárez, también influyeron en la construcción del caos. Menos en Guadalajara.

Para la Perla Tapatía fueron de los mejores años para Nacho Coronel, quien ya se había afianzado en la plaza.