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Vender drogas al menudeo en Estados Unidos les reporta cuantiosas ganancias a los narcotraficantes mexicanos, aunque éstos no pongan nunca un pie al norte de la frontera. Son las pandillas locales las que hacen ese trabajo y, además, se encargan de que las huellas de cárteles como el de Sinaloa o el de Jalisco Nueva Generación se borren y sea más difícil para el gobierno estadunidense fincarles cargos. Esos grupos criminales, que operan en cada ciudad de la Unión Americana, no tienen lazos indisolubles con nadie: simplemente se venden al mejor postor.
WASHINGTON (Proceso).- “La sombra del Cártel de Sinaloa está en todo el país; este grupo criminal es casi el dueño absoluto de los mercados de la heroína, la cocaína, la mariguana y las metanfetaminas en más de dos tercios del territorio (estadunidense) sin estar físicamente aquí. Son los pandilleros (locales), sus operadores, quienes les han dado el éxito a los narcotraficantes de México”, explica un integrante del Departamento de Seguridad Interna (DHS) de Estados Unidos.
El funcionario, quien acepta hablar con Proceso a condición del anonimato, confirma desde el gobierno de Donald Trump lo que ya se había dicho extraoficialmente: el creciente control de la distribución y venta de drogas en Estados Unidos por parte del Cártel de Sinaloa se debe a su colaboración con las agrupaciones criminales locales, una gigantesca red de pandillas que transportan, distribuyen y venden las drogas al menudeo.
Esgrimiendo los documentos y los mapas de las redes de distribución y venta de drogas que el gobierno de Donald Trump le atribuye a la mafia sinaloense, el funcionario del DHS presenta además un panorama que califica de “demoledor” para su país: “Otros cárteles, como el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), están siguiendo los pasos del de Sinaloa y ya cuentan con sus propios ejércitos de pandilleros”.
Los análisis de inteligencia del Departamento de Justicia –proporcionados a Proceso para una “rápida revisión y elaborados por la Administración Antidrogas (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) – son una radiografía del territorio estadunidense, donde la presencia del Cártel de Sinaloa se propaga como un cáncer.
La alianza de este cártel –dirigido ahora por Ismael, El Mayo, Zambada; los hijos de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, y los vástagos del Chapo Guzmán– con las pandillas y agrupaciones criminales de Estados Unidos no es inquebrantable: las mafias locales se venden al mejor postor.
Los aliados
En uno de los mapas elaborados por la DEA se señala que en el estado de Washington, especialmente en la ciudad de Seattle, el Cártel de Sinaloa distribuye y vende heroína y metanfetaminas por medio de las pandillas somalíes y asiáticas.