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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El aumento en los delitos de homicidio, secuestro, extorsión y robo de vehículos en el primer trimestre de 2019 colocó a la Ciudad de México en la “luz roja” del Semáforo de Delitos de Alto Impacto en el país.
De acuerdo con la organización, de enero a marzo de este año el secuestro se disparó 550%, mientras que la extorsión aumentó 127%, robo a negocio 62%, homicidios 48%, robo de vehículo 46% y narcomenudeo 31%, todos relacionados con el crimen organizado.
Los delitos socio-familiares, abundó, también se incrementaron en la capital del país: violación 454% y violencia familiar 17%. No obstante, el feminicidio bajó 10% y las lesiones dolosas o riñas 5%, mientras que el robo a casa habitación no creció.
En su edición 2217 que circula esta semana, la revista Proceso publicó una serie de notas que reflejan el nivel de violencia desbordada que impera en al menos siete entidades del país, incluida la Ciudad de México.
“Pese a que el combate a la violencia fue una prioridad de su campaña y lo es en su programa de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha conseguido resultados positivos en el primer cuatrimestre de su gobierno”, destaca el semanario.
Ayer, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum informó que en los próximos días asistirá a las comisiones de seguridad ciudadana para revisar el trabajo de cuadrantes con el fin de “poder saber cuál es la percepción de la ciudadanía, en qué estamos fallando y cómo podemos corregir”.
Semáforo rojo
“Lo más preocupante es que, con toda esta alza de delitos del crimen organizado, la ciudad ya se ubica en el Rojo del Semáforo de Delitos de Alto Impacto. Después de Nuevo León, fue la entidad con mayor incremento en homicidios. Hace mucho que no veíamos un deterioro tan marcado en la CDMX”, detalló Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo.
De acuerdo con la organización, pese al incremento en homicidios, la capital aún reporta una tasa trimestral de 4.3 homicidios por cada 100 mil habitantes, inferior a la tasa nacional de 5.9. Las alcaldías con mayores tasas son: Venustiano Carranza (8.1), Tláhuac (5.3), Iztapalapa (5.1), Álvaro Obregón (5.0) y Gustavo A. Madero (4.9).
De ellas, sólo esta última pudo reducir 3% el delito en el primer trimestre del año. Las demás tuvieron incrementos muy significativos: Venustiano Carranza subió 94%, Tláhuac 111%, Iztapalapa 72% y Álvaro Obregón 80%.
“Todos estos incrementos se deben a ejecuciones de narcomenudeo y es lo mismo que nos sucede en el resto del país, donde el 80% de los homicidios tienen esta causa. Cada vez tenemos más plata y más plomo que colapsan a la autoridad y la sociedad. Lo único que puede resolver esta situación es quitarles el negocio a las mafias a través de la regulación de las drogas. No es un tema municipal o estatal, es un tema nacional que sólo el Congreso puede cambiar”, según el director de Semáforo.
De igual manera, reconoció que el gobierno de Sheinbaum Pardo “ha hecho un esfuerzo por medir de una mejor forma la incidencia delictiva, y quizá por ello se refleje el incremento tan notorio en algunos delitos como el secuestro o la extorsión. Sin embargo, hay otros que no tienen cifra negra, como el robo de auto y el homicidio. Esos incrementos son reales”.
También aclaró que el aumento en el delito de violación está al alza desde el segundo semestre de 2018. “Así que ahí también podemos hablar de un incremento de incidencia”, dijo.
Roel afirmó que con todas estas cifras “se acaba el mito de que la Ciudad de México es la entidad más segura del país, en donde no existe crimen organizado, como quiso vender con tanta insistencia la anterior administración (de Miguel Ángel Mancera, actual senador de la República). Ese es el riesgo de pelearse con la evidencia y con los críticos. Ese el peligro de anteponer la imagen del gobernante a la realidad de la ciudad o del país”.
Incluso analizó la situación a nivel nacional: “La pobreza no está correlacionada al crimen, mucho menos al crimen organizado. Y la fuerza policiaca o militar no es la manera de atacar un mercado, los mercados se atacan con principios económicos”.
En su opinión, el presidente Andrés Manuel López Obrador “está haciendo exactamente lo mismo que Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto: la guerra continúa. Los indicadores delictivos le seguirán subiendo, si no empezamos por la regulación. Ya no es una violencia aislada en las sierras de Guerrero o de Sinaloa, ya está de manera muy palpable y muy preocupante en la Ciudad de México”.