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CIUDAD DE MÉXICO.
“A veces los sueños se alcanzan con sólo mirar al cielo”. Así comenzó la historia de éxito de José Hernández Moreno, el primer astronauta de origen mexicano, quien recuerda el momento de su infancia cuando supo que quería llegar al cielo, aun con las adversidades que representaba formar parte de una familia de migrantes michoacanos en Estados Unidos.
“El momento en el que decidí ser astronauta fue a los 10 años, cuando miré las imágenes por televisión de la última misión de la época del Apolo 17, era 1972, y si se pueden imaginar a un niño viendo en la televisión blanco y negro, deteniendo la antena de conejo para mejorar la recepción, ése era yo viendo al astronauta caminar por la superficie de la Luna”, relató.
Hernández Moreno recuerda su infancia como la base de su disciplina y respeto al trabajo, ya que desde los nueve años tenía que apoyar a su familia en la siembra y cosecha en California, Estados Unidos.
Para él, la única forma de sobresalir es la educación. Por ello promueve en los jóvenes migrantes el valor de la educación.
José Hernández Moreno visitó México para presentar su libro El niño que tocó las estrellas, editado por Patria, un libro infantil que relata parte de su vida. De cómo de ser un recolector de fresas y pepinos en California, viajó al espacio como miembro de la NASA.
Por otra parte, señaló que las expresiones de odio y discriminación del presidente Donald Trump hacia los mexicanos no detendrán la lucha de éstos por cumplir sus sueños y metas.
El astronauta retirado aseguró que la mejor manera de confrontar la discriminación es a través del esfuerzo en la educación de los jóvenes, a partir de su experiencia.
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