Tras la detención y extradición de Joaquín Guzmán Loera, tanto sus hijos como su exsocio compiten por el control del territorio y la coordinación de las actividades delictivas del Cártel de Sinaloa
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Luego de que Joaquín Guzmán Loera fuera detenido, extraditado a Estados Unidos y sentenciado a pasar el resto de sus días en una cárcel de máxima seguridad, mucho se especuló sobre quien ocuparía su puesto dentro de la organización criminal.
Por un lado los hermanos Guzmán Salazar –Iván y Alfredo– así como los Guzmán López –Joaquín y Ovidio– reclamaron su parte del millonario negocio criminal que su padre ayudó a construir. No obstante y por su parte, Ismael “El Mayo” Zambada, ex socio de “El Chapo” y uno de los últimos capos de la vieja guardia, no desistió de continuar al frente de la que es considerada como una de las organizaciones criminales más peligrosas y poderosas del mundo: el Cártel de Sinaloa.
Si bien el “Señor del Sombrero” -como también es conocido Ismael Zambada García- se ha caracterizado por mantener un perfil bajo y trabajar de forma “independiente”, para continuar coordinando sus actividades ilícitas “El Mayo” cuenta con brazos armados cuya responsabilidad es la de defender su negocio y plazas.
De este modo, tanto “Los Chapitos” como la facción que encabeza Ismael Zambada García buscaron expandir sus negocios hasta Baja California, estado en el que poco a poco se fue convirtiendo en un campo de batalla para los brazos armados de ambas facciones.
No obstante, más allá de una disputa por el control de rutas de trasiego de drogas o de actividades delictivas, el brazo armado de el “Mayo” Zambada -identificado como “Los Rusos”– sostuvo rencillas con “Los Ninis”, un miniejército al servicio de “Los Chapitos” encargados de garantizar su seguridad y proteger su negocio derivado de un peculiar y controversial episodio en la historia del narcotráfico en México: El Culiacanazo.
Documentos hackeados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el grupo de activistas Guacamaya dieron cuenta de que el brazo armado de “Los Chapitos y la guardia de seguridad de “El Mayo” comenzaron una batalla el 25 de noviembre de 2019 a tan solo un mes de la aprehensión y liberación de Ovidio Guzmán López, alias “El Ratón”.
Los reportes de las Fuerzas Armadas de México señalaron que todo comenzó por represalias de sicarios adscritos a las operaciones de Miguel Ángel Gaxiola Quintero, alias “El Ruso”. Y es que, el informe castrense detalló que “Los Rusos” golpearon con tablas a 11 policías de Culiacán que brindaban protección a “Los Chapitos”.
“A partir de entonces, ambos grupos disputan el control de la producción y venta de droga sintética en Culiacán”, se lee en el documento filtrado de marzo de 2020 que formó parte de los llamados Guacamaya Leaks.
A diferencia de “Los Chapitos” y su brazo armado, “Los Rusos” han seguido aquella estrategia de bajo perfil que ha permitido a Ismael Zambada García mantenerse prófugo durante décadas. Asimismo, “El Mayo” es conocido por priorizar la diplomacia entre sus socios y enemigos pues únicamente recurre al combate cuando es estrictamente necesario.
Es así como la batalla interna entre ambas facciones del Cártel de Sinaloa fue controlada en una menor medida para evitar afectar los intereses de la organización criminal o para atraer presiones por parte de las autoridades.
Pese a ello, los enfrentamientos entre los brazos armados de ambas facciones se extendieron a zonas como Agua Caliente, Tepuche en Sonora, el Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado.
Ante dicho panorama, tanto Ismael “El Mayo” Zambada como “Los Chapitos” intervinieron en las rencillas de ambas organizaciones y, de este modo, se acordó que Miguel Ángel Caxiola Quintero, “El Ruso” fuera enviado a Baja California.
En el afán de controlar el estado fronterizo tanto los “Ninis” como “Los Rusos” continúan protagonizando enfrentamientos en la entidad entre ellos y con algunos de los remanentes del cártel de los Arellano Félix.