Este ícono de Puerto Vallarta celebra medio siglo como refugio ecológico, mientras enfrenta los retos del turismo desmedido y la falta de regulación
Agencia Jafríco | NoticiasPV
Este 28 de julio se cumplen 50 años desde que Los Arcos de Mismaloya fueron declarados Refugio de Protección de Flora y Fauna Marina. El sitio, ubicado frente a la costa sur de Puerto Vallarta, es uno de los paisajes más representativos del Pacífico mexicano, conocido tanto por su valor ecológico como por su atractivo turístico.
La zona alberga arrecifes coralinos, islotes rocosos, túneles naturales y una gran biodiversidad marina. En sus aguas habitan peces multicolores, tortugas, mantarrayas y aves como el bobo café. Además, es un punto clave para el snorkel, el buceo y los paseos en lancha, actividades que generan ingresos para muchas familias de la región.
Sin embargo, este santuario natural también enfrenta una creciente presión ambiental. La sobrecarga turística, el anclaje descontrolado, la contaminación y la falta de regulación han comenzado a impactar su equilibrio ecológico. Se han registrado daños en los corales, desplazamiento de especies y alteraciones en los hábitats marinos.
Especialistas, ambientalistas y organizaciones civiles han insistido en que Los Arcos deben elevar su categoría a Parque Nacional Marino, lo que permitiría establecer medidas más estrictas de protección y manejo. También urgen a fomentar la educación ambiental entre operadores turísticos y visitantes para asegurar su conservación.
A cinco décadas de su declaratoria, Los Arcos de Mismaloya siguen siendo símbolo de identidad vallartense, pulmón ecológico y motor económico, pero su futuro depende de acciones concretas para garantizar que esta joya natural perdure otras cinco décadas y más.