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Lo cuestionan, AMLO evade, se calla y no se engancha

elfinanciero.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO.- Andrés Manuel López Obrador siguió al pie de la letra la estrategia que delineó para el primer debate presidencial, es decir, caminó sobre el ring tras los ataques de los otros candidatos, evadió acusaciones y llevó a este encuentro el discurso de sus mítines de campaña.

Nervioso al inicio del debate, luego más relajado, sobre todo cuando se atacaron mutuamente José Antonio Meade y Ricardo Anaya, el candidato de la alianza ‘Juntos Haremos Historia‘ (Morena-PT-PES) echó mano de su ventaja en las encuestas, aunque por momentos se vio contra las cuerdas por los cuestionamientos de sus adversarios.

Pero al tabasqueño le movieron el guion cuando el politólogo Sergio Sarmiento lo cuestionó sobre si respetará el resultado de las elecciones si los resultados no le favorecen. López Obrador respondió:

“En la democracia se gana o se pierde. Lo que buscamos nosotros es que no haya compra de votos, que no se falsifiquen las actas, que no haya fraude, porque los de la mafia del poder son muy mañosos, son especialistas en las trampas”.

Al inicio del debate, en el bloque denominado Seguridad y Violencia, al morenista se le notó incómodo cuando se le cuestionó sobre su propuesta de amnistía a miembros del crimen organizado.

Reiteró que, de ganar las elecciones, va a convocar a personalidades y especialistas, así como al papa Francisco, para analizar si se puede concretar una amnistía, pero afirmó que “no se debe descartar ninguna opción”.

De traje negro, camisa blanca y corbata roja, el tres veces candidato presidencial comentó que “no es un ambicioso vulgar que busque el poder por el poder”, pero al preguntarle que era la tercera vez que competía por la Presidencia, el tabasqueño respondió:

“No es el cargo, es conducir un movimiento de millones de mexicanos para concretar el cambio, y yo soy el dirigente”, subrayó.

Ante cuestionamientos de José Antonio Meade sobre la supuesta propiedad de tres departamentos en la CDMX, López Obrador reviró hasta el final del debate, al señalar que “Meade está en una situación bastante difícil. Tiene el apoyo del gobierno federal y no levanta, por eso incurre en calumnias”.

“No tengo esos tres departamentos, y si los tengo, se los regalo”, lanzó el morenista al candidato de la alianza Todos por México (PRI-PVEM-Panal).

También respondió a Anaya sus cuestionamientos sobre su supuesta deshonestidad: “Si yo fuera corrupto ya me hubieran destruido los de la mafia del poder, los ‘jefes de jefes’, los jefes de todos los candidatos aquí presentes, menos de ya saben quién”.

Al término del primer debate, abandonó el patio central del Palacio de Minería sin despedirse de nadie, ni candidatos ni moderadores, aun cuando la señal de televisión todavía seguía al aire.

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