La congregación admitió la gravedad de los crímenes y reiteró el perdón a las víctimas
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Durante años, Marcial Maciel fue presentado como un líder religioso ejemplar y un impulsor de vocaciones en la Iglesia católica. Fundador de los Legionarios de Cristo, constructor de escuelas y orquestador de una extensa red de apoyos, llegó a ser considerado “el mayor recaudador de fondos de la Iglesia católica moderna”. Pero tras la imagen pública y la sotana, se ocultaba una vida de abusos sexuales, engaños y complicidades.
El documental “Marcial Maciel: El lobo de Dios” vuelve a exponer el sistema de poder y silencios que rodeó durante décadas al sacerdote mexicano y desencadenó una reacción inmediata de la congregación.
A varios días del estreno, los Legionarios de Cristo han difundido un comunicado en el que admiten errores históricos, reiteran el perdón a las víctimas y denuncian el uso de imágenes sin su consentimiento para la docuserie.

¿Qué dijeron Los Legionarios de Cristo?
En el texto, la congregación expresa su “profunda solidaridad y cercanía” con las víctimas de los abusos cometidos por Marcial Maciel y reconoce la valentía de quienes se atrevieron a denunciar.
Asumen el “inmenso dolor y la gravedad de las heridas” provocadas por un capítulo que, admiten, aún deja secuelas. De igual forma, reiteran el compromiso de acompañar y reparar el daño: “Continuaremos en nuestro esfuerzo de escuchar, acompañar y reparar los daños causados”.
El comunicado retoma un mea culpa ya manifestado desde hace más de una década: “Hoy reconocemos con tristeza la incapacidad inicial de creer los testimonios de víctimas del P. Maciel, el largo silencio institucional y, más adelante, los titubeos y errores de juicio a la hora de informar a los miembros de la Congregación y a las demás personas. Pedimos perdón por estas deficiencias que han aumentado el dolor y el desconcierto de muchos”.

El documento recuerda que desde 2006 la Santa Sede inició sanciones contra Marcial Maciel, a partir de la investigación abierta por la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo el pontificado de Benedicto XVI.
Recordaron que en 2020 también admitieron que existieron advertencias internas sobre los abusos cometidos por Maciel desde los años cincuenta. Federico Domínguez y Luis Ferreira, ambos sacerdotes y miembros fundadores de la congregación, presentaron informes en 1956 instando a que los Legionarios de Cristo atendieran y corrigieran los comportamientos del propio fundador y de otros integrantes.
Décadas después, en 1976, Juan José Vaca, quien fuera uno de los primeros legionarios y superior regional, envió una carta directamente a la organización detallando experiencias de abuso y solicitando acciones concretas.

En 1995, Juan Manuel Fernández Amenábar, también exlegionario, manifestó públicamente su perdón a Maciel, pero exigió al mismo tiempo justicia. A partir de 1997, las denuncias públicas de ocho exseminaristas y exmiembros, quienes habían sido víctimas directas de Maciel, sumaron presión y visibilidad al caso.
“Retractamos los juicios negativos, institucionales y personales, sobre el carácter y las motivaciones de las personas que presentaron acusaciones legítimas y necesarias. Hoy reconocemos como profética su denuncia en favor de la verdad y la justicia”, se lee.
Precisaron que en 2014, el Capítulo General de la congregación, máximo órgano de gobierno, estableció de manera clara que Marcial Maciel no puede ser considerado un modelo de santidad ni referente para la vida interna de la Legión.
En 2020, el papa Francisco enfatizó que, a pesar de su papel fundador, el comportamiento delictivo de Maciel impedía ponerlo como ejemplo.

Sobre el documental recientemente estrenado, La Legión de Cristo confirmó que fue contactada en 2022 por la productora de este trabajo audiovisual y que aceptó participar en entrevistas, en un gesto de “responsabilidad y transparencia”.
Sin embargo, sobre el resultado, la organización subraya que no tuvo acceso al contenido final y manifestó su preocupación porque se hayan incluido imágenes de personas, incluidas menores de edad, exconsagradas y sacerdotes, sin autorización de los involucrados.
La Legión de Cristo asegura haber implementado cambios estructurales desde hace más de 15 años; entre ello el haber puesto en funcionamiento de protocolos de prevención, atención a víctimas, formación permanente sobre abuso de poder y rendición de cuentas.
El caso Marcial Maciel y el documental

El documental “Marcial Maciel: El lobo de Dios” exhibe la magnitud del daño causado bajo la dirección del sacerdote y exponen la compleja red de influencias, silencios y complicidades que operaron durante más de cinco décadas.
De acuerdo con cifras oficiales, Marcial Maciel abusó sexualmente al menos de 60 menores de edad. Sin embargo, trabajos periodísticos apuntan a que el alcance total del abuso sería mayor: las denuncias presentadas contra miembros de los Legionarios de Cristo suman al menos 175 casos documentados desde 1940 hasta 2008.
El modus operandi de Maciel consistió en construir una imagen pública de santidad y eficacia institucional, mientras disponía de aliados estratégicos dentro y fuera de la Iglesia católica que bloqueaban investigaciones internas. El fundador logró mantener el favor de sectores influyentes del Vaticano, así como relaciones estrechas con políticos, empresarios y benefactores, lo que extendió la influencia de la congregación en ámbitos educativos, sociales y económicos a nivel internacional.
La producción “Marcial Maciel: El lobo de Dios” también pone en primer plano el impacto personal y colectivo de los abusos y del sistema de protección que los permitió: familias desintegradas, pérdida de fe, sufrimiento prolongado y la dificultad para acceder a la justicia.
Con material inédito y voces de expertos, exmiembros y sobrevivientes, la serie pone en evidencia la profundidad del problema y la complejidad de establecer un nuevo estándar de verdad y reparación.
La figura de Marcial Maciel se ha transformado en un símbolo global del abuso sistémico y del silencio institucional dentro de estructuras religiosas.