En 2022, más de 300 personas refirieron acudir a un tratamiento por el consumo del mortal opioide sintético, lo que significó un aumento respecto a 2021, cuando se reportaron 184 casos
Es 50 veces más fuerte que la heroína y hasta 100 veces más potente que la morfina, además de ser sumamente adictivo. Así es el fentanilo, la droga mortal que ha causado miles de sobredosis en Estados Unidos y que en México ha generado alerta entre las autoridades debido a su venta y consumo local.
Los riesgos de este opioide sintético -además de las devastadoras repercusiones fisiológicas- son las diferentes formas, tamaños y colores en el que es presentado, por lo que no es posible detectarlo por su aspecto u olor. La innovación en su producción ha derivado en el llamado “fentanilo arcoíris” o fentanyl rainbow, el cual puede ser confundido con una simple golosina para niños.
Puede tener la apariencia de una píldora o de un terrón de azúcar de color verde, amarillo, azul y rosa. El objetivo es que parezca un caramelo atractivo para los menores de edad, aunque en realidad se trata de una droga sumamente peligrosa que es traficada y producida por los cárteles mexicanos.
“Las organizaciones criminales transnacionales de México han inundado Estados Unidos de pastillas falsificadas baratas que contienen fentanilo (como la oxicodona M30), algunas con formas y colores de arcoíris, un factor que contribuye al fuerte aumento de las muertes por sobredosis de adolescentes estadounidenses desde 2019″, se lee en el reporte 2023 de la Evaluación Mundial de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia.
En el documento se informa que los grupos delictivos mexicanos obtienen de China la mayoría de los precursores químicos empleados para la producción de esta droga, evadiendo los controles internacionales mediante envíos mal etiquetados y a través de la compra de productos de doble uso que no están regulados.
La DEA ha identificado que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los principales responsables del fentanilo que se trafica a Estados Unidos. Sin embargo, los ciudadanos de ese país no son los únicos a los que les llega esta droga, pues en México también se ha detectado su consumo local, aunque en menor escala.
Fentanilo arcoíris y sus colores venenosos
Si bien el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sostenido que en México solo se “troquelan” pastillas de color azul, lo cierto es que agencias estadounidenses han retierado que en el país también se produce y distribuye este opioide sintético.
Ejemplo de ello es el aseguramiento de más de seis toneladas de fentanilo que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha llevado a cabo del 1° de diciembre de 2018 al 7 de marzo de 2023. Sin embargo, poca es la información que se tiene sobre el consumo de fentanilo arcoíris en México.
En febrero pasado, el delegado de la FGR en Sonora, Sergio Méndez, dio a conocer que en los últimos meses se había detectado la venta y consumo de fentanilo arcoíris en las calles de al menos dos municipios de dicha entidad fronteriza: San Luis Río Colorado y Nogales.
“Ahí se ha visto gente que está vendiendo pastillas de fentanilo y yo creo que son de colores, que confunden a cualquier menor de edad”, señaló el funcionario en aquella ocasión, quien hizo un llamado a los padres de familia porque incluso se había detectado que los adolescentes comenzaban a consumirlo.
La Secretaría de Salud (Ssa) ha reconocido que en el norte del país es donde se han asegurado la mayor cantidad de pastillas de fentanilo arcoíris. Esto debido a que es traficado a través de la frontera con Estados Unidos, donde llega principalmente a las ciudades de Arizona y California.
Es bajo ese tenor que los estados de Sinaloa, Baja California y Chihuahua presentan un panorama delicado por estas tabletas de colores, adviritó Nadia Robles, directora del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas de la Ssa.
“Es un consumo que está localizado en ciertos lugares del país, especialmente en la frontera. Si hablo de los estados (mencionados), no puedo hablar de todo el estado. Es un fenómeno muy particular que hemos identificado en algunas ciudades”, comentó Nadia Robles en entrevista para Joaquín López Dóriga el pasado mes de marzo.
En Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Culiacán el fentanilo arcoíris es conocido por una variedad de nombres: dance fever, goodfellas o apache. “Se ha encontrado que la población que ya estaba consumiendo heroína, particularmente en estas zonas, ha emigrado al consumo de fentanilo”, agregó la doctora.
En ese sentido, Robles Soto advirtió que México podría pasar de ser un país de tránsito y productor de fentanilo, a una nación consumidora de esta mortal droga sintética. No obstante, hizo énfasis en que este fenómeno aún no se ha presentado en toda la República.
Aunque no hay cifras oficiales sobre el promedio de consumo en estas regiones, se presume que en Michoacán también se estaría empleando este mortal opioide. Lo anterior se debe a que la DEA ha detectado que “La Nueva Familia Michoacana” es otra de las organizaciones criminales responsables de la producción y distribución de esta droga. Este grupo opera principalmente en Michoacán, Guerrero y el Estado de México. Sin embargo, las autoridades estatales no han reportado un consumo entre sus habitantes.
“Este cártel no sólo trafica con fentanilo, sino que ahora comercializa el fentanilo arcoíris, como parte de un esfuerzo deliberado para generar adicción entre niños y adultos jóvenes, comentó en noviembre del año pasado el subsecretaario de Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
En 2022, 318 personas refirieron acudir a tratamiento por el consumo de fentanilo, según cifras del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias. Lo anterior significó un aumento respecto a 2021, cuando se reportaron 184 casos.
Efectos del fentanilo
De acuerdo con las autoridades de salubridad, algunos de los efectos más comunes de este opioide son:
-Euforia.
-Confusión.
-Alucinaciones.
-Disminución de ritmo cardíaco.
-Rigidez muscular.
-Somnolencia.
-Delirio.
-Perturbaciones visuales.
Entre los síntomas del síndrome de abstinencia, la SSa destaca: dolor muscular y de huesos, problemas para dormir, diarrea, vómito, temblores, escalofríos y sudoración.
Las señales de una sobredosis por uso de fentanilo son: pulso débil, vómito, hipoventilación, contracción de las pupilas, labios o puntos de los dedos azules, así como ausencia de motricidad.